El pasado 2024 se alcanzaron en España los 286.664 casos de cáncer, lo que supuso un aumento del 2,6% respecto a las cifras del pasado año. Dicha enfermedad se mantuvo como la primera causa de muerte en España por segundo año consecutivo, representando el 26,6 % del total de fallecimientos. De entre todos los tipos que existen, el de colon y recto es el más diagnosticado en el total de la población, mientras que el de pulmón es el de mayor índice de mortalidad, según los datos ofrecidos por la Asociación Española de Oncología Médica.
Con los datos en la mano se tiene una buena perspectiva de hasta que punto es devastadora esta enfermedad en el plano médico. E igual que lo es en este sentido, lo es en el plano humano:desde el miedo a partir del primer diagnóstico, todo el proceso de radioterapia, radiología, quimioterapia o cirugía, lo es en el plano mental.
Para ayudar a afrontar todo este proceso existen diferentes asociaciones en la isla que realizan una ingente cantidad de trabajo para ayudar a todas esas personas que padecen de una enfermedad tan grave como esta.
APAAC
La Apaac -Asociación Pitiusa de Ayuda a Afectados de Cáncer- tiene una historia de diez años, que cumplirán este mismo mes de octubre. Tal y como explica Maribel Martínez, la presidenta de la asociación «esta surgió a raíz de las protestas para que los pacientes que estuvieran en un proceso de radioterapia pudieran tratarse en Ibiza, y no tuvieran que trasladarse a Mallorca a radiarse. En ese momento se formó una plataforma de protesta porque desde ciertos sectores se consideraba que esto no era algo necesario. En ese momento el doctor Luis Cros era una de las personas que protestaron para que se hiciera esa radioterapia en la isla y así se fundó la APAAC». Desde ese nacimiento, desde el que ya ha pasado casi una década, APAAC ha crecido en gran manera:«tenemos un equipo de profesionales y de voluntarios excelente. Actualmente contamos con un equipo de dos administrativas, una psicooncóloga, una trabajadora social, una coordinadora de voluntariado y coordinador general, además de un equipo de voluntarios que se compone de entre 60 y 70 personas».
Gracias a todo este equipo, tanto de profesionales como de voluntarios, se ofrece un servicio de soporte y ayuda a una enorme cantidad de personas. Y es que en lo que llevamos de año, desde APAAC se ha atendido ya a 400 personas, entre familiares pacientes de personas afectadas por esta enfermedad, con las que han realizado más de mil intervenciones.
Tal y como explica Maribel, la labor que se hace desde la asociación es apoyar al paciente en todo el proceso médico «haciendo el acompañamiento, el préstamos de todo tipo de material ortoprotesico que puedan necesitar, la consulta psicooncológica o la asistencia social, que también es muy importante para encontrar soluciones a los problemas que pueda tener una persona. Nos ponemos en contacto con las diferentes instituciones o servicios sociales, más allá de las ayudas económicas que nosotros podamos dar.
Pero la labor de la APAAC no se limita a lo meramente médico, sino que se organizan diferentes actividades como terapias ocupacionales como yoga, salidas en kayak, pilates o aquagym. Y además, explica Maribel, hay nuevos proyectos en marcha:«vamos a empezar con el tiro con arco, que está muy bien para mujeres que hayan tenido cáncer, especialmente de mama. Es un ejercicio muy recomendable, porque a las pacientes se les hincha el brazo de la mama que se te ha intervenido, y el ejercicio puede ayudar».
Sobre que supone en el nivel personal formar parte de una asociación como esta, Maribel asegura que, para ella «significa que con 76 años puedo seguir ayudando a otra gente, que está pasando un trance muy complicado, y esto me ayuda a mantenerme con los pies en la tierra. La prioridad siempre es ayudar a esa persona que está pasando por ese problema tan grave que es el cáncer».
AECC
La Asociación Española Contra el Cáncer nació a nivel estatal en el año 1975 y que, por ende, tiene una estructura de carácter nacional, con diferentes juntas provinciales o, en este caso, insular. En Ibiza fue en 1985 cuando apareció en Ibiza, tal y como explica su actual director, Enric Casanova.
«Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida del paciente. En este sentido, ayudamos tanto en la prevención, dado que la mejor manera de luchar contra el cáncer es no tenerlo. También hacemos trabajo de investigación, pero la que está más arraigada al territorio es la parte de ayuda y acompañamiento», explica Enric.
Estos acompañamientos son de todo tipo, tal y como explica Enric «desde acompañarle a las consultas en el hospital a los tratamientos de radioterapia, el acompañamiento domiciliario y los servicios, que son de psicología, que apoyan tanto al paciente como al familiar, y también de trabajo social, para toda la ayuda que pueda necesitar el paciente. En muchos casos la gente que afronta un cáncer puede tener problemas para trabajar, por lo cual sus ingresos se pueden reducir», detalla el director de AECC. También realizan ese servicio de préstamo de todo tipo de material que pueda ser útil para el paciente, desde prótesis para las pacientes de cáncer de mama o creación de pelucas para aquellos pacientes que experimentan la habitual perdida de cabello a consecuencia de la radioterapia.
Además de todos estos acompañamientos, desde la AECC también se realizan una serie de campañas informativas y de divulgación, para concienciar y conseguir ese objetivo de prevención. Una tarea que «sería imposible sin el trabajo de un voluntariado que dedica su tiempo para ayudarnos en nuestra labor». Y es que dicha asociación cuenta con tres trabajadores, a lo que hay que sumarle unos voluntarios «que tienen diferentes niveles de dedicación y voluntariado, pero que todos tienen que pasar por una formación específica para ofrecer este servicio».
Aunque a nivel de cifras es difícil obtener un resultado exacto, ya que estos se ofrecen a nivel balear y no insular, Enric lo estima «en torno a unas 170 personas al año».
Elena Torres
Elena Torres estaba a punto de cumplir los 35 años cuando falleció a causa de un cáncer que se le detectó de manera tardía. El trágico fallecimiento sucedió en el año 2012, y ella manifestaba molestias en el hombro desde hacía ya más de cuatro años, pero la detección tardía hizo que cuando el cáncer ya fue detectado, tuviera metástasis en todo el cuerpo.
A raíz de este suceso fue su madre, Mari Carmen Gutiérrez, quien se decidió a poner en marcha una asociación para tratar de que lo que a ellos les había tocado vivir no tuvieran que pasarlo otras familias.
«Con lo que le pasó a mi hija nos dimos cuenta de las carencias que hay en la investigación en España. Nosotros contratamos a una persona en Estados Unidos para tratar de encontrar el tratamiento adecuado, pero en el proceso de comunicarnos con otro país perdíamos mucho tiempo».
A raíz de comprobar esta falta de investigación decidieron financiar el proyecto de investigación de algún investigador, y llegaron a ponerse en contacto con la investigadora del CSIC, Priscila Monteiro, a la que llevan apoyando desde el 2014. Un año después nacería, formalmente la asociación. «En ese momento nunca imaginamos llegar tan lejos como lo hemos hecho».
Y es que en ese momento, asegura Mari Carmen, la investigación estaba en un momento mucho peor de lo que está ahora «nadie hablaba de investigación, ni se le da la importancia que se le da ahora a la palabra de los investigadores. Hay que incidir en que la investigación es muy importante, pero lo es todavía más en el ámbito de la salud, que puede salvar vidas».
A diferencia de las anteriores asociaciones, desde Elena Torres los esfuerzos no se dirigen al acompañamiento de pacientes, sino a potenciar la investigación. Para ello se realizan una serie de eventos para recaudar fondos, que van desde cenas a galas benéficas, un calendario solidario con Eroski o la venta de lotería de navidad, entre tantos otros.
AECC no fue la q no quiso la radiologia en ibiza y q habia q seguir yendo a Palma? Cuando se hizo hospital nuevo gracias a su comentario hicieron nacer a otras asociaciones lucha cancer q de verdad les da mil patadas. Desde ese momento los miré diferente.