Está por acabar octubre y el verano, oficialmente, quedara atrás. Pero esa no es la imagen que se representa al pasear por las calles del centro de Sant Antoni. Las principales calles turísticas y bares todavía tienen turistas. La gente sale a aprovechar el sol y el buen tiempo que aún queda, lejos de aquel calor infernal de julio y agosto.
Y todo este ambiente se realiza, en la calle Santa Agnés, sobre los dibujos y creaciones del artista Okuda San Miguel que, bajo la promesa de «transformar la zona y hacerla más amable», realizada por el Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany, se estrenó a finales de mayo de este mismo año.
Más allá de criterios subjetivos, que en lo relacionado con el arte son prácticamente ilimitados, la realidad es que los comerciantes de la zona parecen más que contentos con esta intervención artística.
De todos los comercios que hay en la zona, uno de los que más en plena Calle Santa Agnès está es Marengo. Con un concepto de negocio que fusiona la tienda de ropa con un bar en su interior, Miriam Ribas, la propietaria, asegura que esta intervención artística «es una buena idea para tratar de elevar el estatus de la zona».
Y es que su clientela, tal y como asegura, no está relacionada con el mundo nocturno sino, por contrario con la actividad más diurna. «De hecho, la tienda está abierta hasta las cuatro de la tarde, y facturo más los primeros y últimos meses del año que en julio y agosto», detalla.
Considera que, aunque sea un buen paso, hay que ir más allá para tratar de impulsar un nuevo ambiente turístico en San Antonio.
También en plena calle de Santa Agnés, apenas unos metros hacia arriba, está el bar Hunza. Su encargada, Eva, asegura que esta obra «da una imagen mucho mejor de la que había antes. Es mucho mejor andar sobre esta obra que sobre un cemento gris, que es lo que había antes»
Es precisamente por esto por lo que considera que la obra de Okuda «es positiva para animar una clientela más diurna».
No solo en la propia calle Santa Agnès, sino en las aledañas parecen ilusionados con que se pueda impulsar un nuevo turismo, no tan directamente asociado con esta tipología nocturna que siempre ha estado vinculado a la zona del WestEnd de Sant Antoni -justamente una terminología que el Ayuntamiento aprobó de manera unánime modificar en su último pleno-.
De la heladería Cocü, muy cerca de esta calle Santa Agnès, su propietario, Mariano, asegura que «un cambio era necesario para Sant Antoni, porque se está perdiendo ese turismo familiar que antes era tan popular en la isla». Aunque considera que algo como la intervencióm es un paso positivo en esta dirección, cree que todavía «hay mucho trabajo por delante en este sentido si queremos impulsar Sant Antoni»
La nota
Sin embargo, la nota discordante a todo este discurso es el como está siendo el devenir de la temporada. Y es que los comerciantes de Sant Antoni coinciden en que esta se está quedando lejos de las expectativas que se habían generado.
Y el problema no viene con este cierre de temporada, ya que tal y como explicaba este mismo artículo en su comienzo, las calles están más llenas de lo que en estas fechas del año se podría imaginar. Sin embargo, los meses de julio y agosto quedaron muy por debajo, en facturación, de lo que muchos comerciantes esperaban. El motivo: un volumen turístico por debajo de lo que viene siendo habitual.
Pese a que no tienen una explicación clara al motivo, surgen varias ideas entre ellos: «los precios en la isla han subido mucho. Cada vez es más difícil para las familias venir una semana o diez días», señala Eva, del bar Hunza.
Ese turismo familiar también es señalado por Mariano, de Cocü, quien apunta que «hay ciertas cosas en la zona que hacen que se enfoque en un público joven, aunque la mala temporada ha sido una cuestión general en toda la isla, no solo una cuestión de Sant Antoni», concluye.
A voltes hi ha que apostar per canvis dràstics per canviar sa classe de turista cutre anglès per un altre de més nivell adquisitiu i menys problematic , que doni un altre aire a Sant Antoni.