La mañana de este sábado, la tranquila calle del Mar de Santa Eulària parecía la de cualquier fin de semana de diciembre, con gente paseando y tomando algo en las terrazas. Sin embargo, apenas 12 horas antes, la escena a la altura de la cafetería Harinus era muy distinta. El coche policial, la ambulancia y un grupo de curiosos mirando hacia los balcones rompieron la tranquilidad de la noche del viernes en Santa Eulària.
Todo ocurrió pasadas las 20.00 horas de este viernes. Según confirman fuentes oficiales, una disputa entre dos hombres acabó con un italiano de 42 años ingresado en estado crítico en la UCI de Can Misses tras recibir numerosas puñaladas en el cuello, y con un español de 74 años detenido por homicidio en grado de tentativa. El italiano ingresado también está detenido.
A pie de calle, lo que se vivió fue sobre todo confusión. Aunque la pelea fue en el interior, el revuelo llegó rápido a la vía pública. Un vecino aseguró haber visto cómo alguien tiraba objetos hacia la calle desde una de las viviendas. De hecho, otro vecino que vio la fuerte discusión y pelea en el balcón fue quien llamó al 112 para alertar de lo que sucedía. Además de la Policía Local de Santa Eulària, también acudió rápidamente la Guardia Civil.
Las trabajadoras de la cafetería de la calle del Mar relataron a Periódico de Ibiza y Formentera que la alarma saltó cuando una mujer mayor se asomó por el último balcón pidiendo auxilio a gritos. Esto hizo que la gente en las terrazas y en la calle se detuviera a mirar hacia arriba, intentando entender qué pasaba.
En poco tiempo llegaron los efectivos de emergencias. La ambulancia aparcó en la calle perpendicular mientras el coche de la Guardia Civil llegaba al portal. Desde la heladería de la calle Isidor Macabich vieron el despliegue, pero nadie tenía claro qué ocurría; algunos pensaban que, al haber eventos navideños, podía tratarse de algo relacionado o incluso de un problema de salud de una persona mayor.
El momento de mayor tensión para los testigos fue cuando los agentes sacaron a uno de los implicados. Varios presentes vieron cómo bajaban a un hombre mayor con la cabeza totalmente vendada. Este hombre, el español de 74 años, presentaba una herida en la cabeza que requirió puntos de sutura antes de ser trasladado a dependencias policiales.
A pesar del revuelo, muchos comercios cercanos ni se enteraron. En el supermercado de enfrente, cuyo cierre es a las 21.30 horas, la persiana ya estaba bajada o a punto de hacerlo cuando llegaron las patrullas, y las trabajadoras del turno de mañana se encontraron con la noticia al llegar a la faena.