La huelga nacional de médicos convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) vivió ayer su segunda jornada en Ibiza con un seguimiento mayoritario entre los facultativos hospitalarios y con una protesta marcada por mensajes de agotamiento físico, sobrecarga laboral y advertencias sobre los riesgos para la seguridad de los pacientes.
«Médicos agotados, pacientes en riesgo», «Sin dormir, sin parar, un error puede matar», «No es guardia, es explotación legal» o «Ilegal para todos, legal para el médico» fueron algunas de las consignas que pudieron leerse en las pancartas exhibidas a las puertas del Hospital Can Misses.
La movilización forma parte de una huelga estatal de cuatro días, convocada tras el fracaso de las negociaciones con el Ministerio de Sanidad para reformar el Estatuto Marco que regula las condiciones laborales del personal sanitario. Los sindicatos médicos reclaman un Estatuto Propio que tenga en cuenta las «características específicas» de la profesión, una demanda que, según ha recordado este miércoles el portavoz de Simebal en las Pitiusas, Carlos Rodríguez, no es nueva, ya que existía antes de las transferencias sanitarias a las comunidades autónomas.
«Estamos bastante dolidos con la ministra porque no hay manera de que nos reciba», ha explicado durante la protesta, insistiendo en que la falta de un marco de negociación específico deja a los médicos en minoría dentro de las mesas sectoriales y dificulta que sus reivindicaciones sean atendidas.
Guardias
Uno de los principales ejes de la protesta es el modelo de guardias médicas, que los convocantes consideran «exhaustivo» e «indigno», tanto para los profesionales como para los pacientes.
Durante la concentración, Rodríguez describió jornadas de más de 24 horas seguidas, combinando la jornada ordinaria con guardias continuadas. «Entras a trabajar a las ocho de la mañana, haces tu jornada hasta las tres de la tarde y a partir de ahí comienza la guardia. Llegan urgencias quirúrgicas a las siete de la tarde, a las diez de la noche o incluso de madrugada, después de llevar ya muchas horas trabajando. Descansas, pero no duermes, y al día siguiente sales agotado», ha lamentado, explicando que esta fatiga acumulada repercute directamente en la calidad asistencial.
Al respecto, ha alertado de que este modelo tiene un impacto directo en la conciliación y genera un elevado número de casos de agotamiento emocional. En cuanto al seguimiento de la huelga, los sindicatos cifran en torno a un 85 % la participación entre los médicos especialistas hospitalarios en Ibiza durante este segundo día.
En Atención Primaria, el respaldo es menor, situado entre el 35 % y el 40 %, una circunstancia que desde Simebal atribuyen, en parte, a la dificultad para trasladar el mensaje de que la huelga afecta a todos los médicos y también al actual pico de gripe. En Formentera, el impacto de la huelga es prácticamente inapreciable debido a la aplicación de servicios mínimos, que, según denunciaron, afecta a la totalidad de la plantilla. Precisamente, la imposición de los servicios mínimos es otro de los aspectos más criticados por los médicos en Ibiza.
Consideran que son «escandalosos» y superiores incluso a los de una jornada ordinaria. Desde el colectivo médico se insiste en que el conflicto tiene un trasfondo económico, pero rechazan que se trate únicamente de una cuestión salarial. Reclaman una mayor inversión en sanidad pública que permita contratar más profesionales, reducir las listas de espera y garantizar una atención segura y de calidad.
«No vamos a tolerar más maltrato institucional», recalcan e indican que la sanidad pública universal cuesta dinero. «Si queremos que funcione como debe, no hay otra que invertir más», han afirmado.