Con las emociones a flor de piel, Paquita Carrillo, propietaria de la Peluquería Paqui, no ha pasado las últimas horas del año 2025 elaborando peinados de fiesta, sino recogiendo cosas de su local justo antes de jubilarse tras toda una vida dedicada a sus clientas.
Residente en Santa Eulària desde hace 36 años, comenzó trabajando en una peluquería para hacerse después autónoma. Según recuerda, al principio montó su negocio en un local alquilado y después pudo hacerse con un establecimiento propio y continuar con la Peluquería Paqui.
Los cuidados que requiere su madre y las dificultades para encontrar personal cualificado han contribuido a que ahora decida jubilarse. «Llevo todo el verano trabajando con mi hijo. El problema de los trabajadores y el ser una esclava, porque comienzas a las nueve de la mañana y acabas a las nueve de la noche, me han animado a tomar la decisión porque podría haber estado trabajando unos dos años más», comenta.
Según reconoce, hay muchos jóvenes que estudian Peluquería, pero no cuentan con la formación suficiente para encargarse de un negocio como el de Paqui. «El trabajo me encanta, pero es verdad que no hay tiempo libre. He tenido que traer a una chica de la península en diciembre para que me ayudara», afirma.
Paqui asegura que no le ha afectado la proliferación de decenas de peluquerías ‘low cost’ porque «cuando trabajas bien y el cliente te preocupa, en todos los sentidos, no te supone un problema. Siempre he trabajado con la gente del pueblo. Ahora he podido ver todo el cariño que me tienen porque estoy desbordada. Jamás hubiera pensado que me tratarían como lo están haciendo».
De hecho, sus clientes sorprendieron a la peluquera con una fiesta sorpresa de despedida hace algunos días.
Sobre las modas en los peinados de las señoras, Paqui dice que si una quiere avanzar y no quedarse atrás, se necesita una formación continua.
«Mis clientas se van llorando. He peinado a generaciones de familias y hemos compartido muchas cosas buenas y malas. He estado con ellas en sus bodas, bautizos o comuniones. A mí me gusta escuchar porque me tienen confianza y me cuentan sus historias. Siempre pensé que tendría que escribir un libro, no sobre asuntos personales, sino sobre las historias tan bonitas que me han contado», concluye.
Tras años de profesión, comienza ahora para Paqui una nueva etapa que, seguro, disfrutará también al máximo.