La familia de un británico de 26 años que falleció en el verano de 1994 en la puerta de una discoteca de Sant Antoni después de sufrir el ataque de un tiquetero que ejercía de portero pide más de diez millones de pesetas de indemnización por los hechos que causaron la muerte de su hijo. El caso será próximamente visto en los juzgados de Eivissa después de que las diligencias previas se abrieran por un posible delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte y concluyera en una falta.
El ministerio de asuntos exteriores británicos, el Foreing Office, ya ha citado para el juicio al principal acusado:James Edwards, el tiquetero al que se le responsabiliza de este accidente y que en su día estuvo detenido por estos motivos. Los indicios que sustentan la acusación particular se basan en que dicha persona dio un puñetazo en la cara a la víctima, la cual, como consecuencia del golpe, cayó al suelo golpeándose la cabeza y muriendo prácticamente en el acto.
Los hechos, instruidos por el juzgado de Instrucción número 4 de
Eivissa, tuvieron lugar en la madrugada del 28 de agosto de
1994.
Los dos protagonistas de esta trágica historia se enzarzaron en una
violenta discusión en la puerta de esta discoteca. Al parecer, todo
desembocó en el ataque después de que la víctima persistiera en su
intención de entrar en el local, algo a lo que supuestamente no
estaba dispuesto James Edwards, ahora de 27 años de edad.