El «Isla de Botafoc, de la compañía Umafisa, llevaba varias horas de navegación con rumbo a Eivissa cuando el parque de Bomberos de Barcelona recibió la llamada de un hombre que con serenidad y en perfecto castellano avisaba de la existencia de un artefacto en un buque de línea con las Pitiüses. «Hay una bomba en el barco de Barcelona a Eivissa. Llega a Eivissa a las 5.30 horas», dijo el interlocutor anónimo al bombero que recogió el teléfono.
Media horas antes de cumplirse este plazo, la Comisaría de Eivissa recogía, a su vez, lo ocurrido en las instalaciones de los servicios contraincendios de la ciudad condal. Momentos después, se montaba un operativo en el puerto de Eivissa con la participación, además de Policía Nacional y Local, de agentes de la Guardia Civil y técnicos del instituto armado en desactivación de explosivos.
El «Isla de Botafoc», cuya tripulación durante la singladura ya tomó medidas en el interior del buque para verificar la posible existencia de un paquete explosivo tras esta comunicación, arribaba al puerto de Eivissa sobre las siete de la mañana. El desalojo del barco se llevó con rapidez mientras a bordo agentes de los TEDAX de la Benemérita apoyados por perros de la servicio Cinológico y por el resto del operativo policial se centraban en la búsqueda del anunciado artefacto. Los agentes se centraron especialmente en las bodegas del barco al temerse que los explosivos pudieran hallarse en alguno de los vehículos que habían sido embarcados en el ferry.
Otro tanto de lo mismo ocurrió dos horas después cuando entró en su muelle de atraque el «Ciudad de Sevilla», de la naviera Transmediterránea. Los responsables policiales, aparte de las propias que pudo tomar la compañía propietaria del buque, también consideraron oportuno tomar medidas en lo referente a este barco, al haber zarpado también de Barcelona entorno a la medianoche aunque su hora de llegada prevista, sobre las 8.30 horas, estaba muy lejos del aviso realizado por el presunto terrorista.Todos los registros concluyeron poco después de las 10.30 horas, no hallándose siquiera un peligro potencial que obligara a medias más severas. Ambos barcos volvieron luego a continuar sus rutas.