Cuatro personas han muerto y 26 han resultado heridas en el accidente sufrido ayer por un avión turbohélice CN-235 de la compañía Binter Mediterráneo, procedente de Melilla, que hizo un aterrizaje de emergencia en la carretera N-340, en las proximidades del aeropuerto de Málaga. En el accidente, que ocurrió hacia las 10'00 horas junto al aeropuerto Pablo Ruiz Picasso, fallecieron el piloto del avión, Mariano Hernández Ruano, de 55 años de edad; los pasajeros Emilio Martínez Plaza, de 67 años, y Mohamed Mohamed Uassani, de 46, residentes en Melilla, y el francés Hervé Troadec, de 41 años.
Tras el accidente, Binter Mediterráneo emitió un comunicado en el que señaló que el avión, con 44 pasajeros, iba completo y asegurando no conocer las causas del siniestro. El piloto del avión, que falleció en el hospital Carlos Haya de Málaga pocas horas después de la colisión, solicitó un aterrizaje de emergencia poco antes de llegar al aeropuerto tras detectar un fallo en el motor, aunque finalmente no pudo aterrizar en las pistas. Fuentes del SEPLA y de la propia compañía indicaron que la pericia de la tripulación evitó un tragedia mayor.
Uno de los pasajeros narró que el siniestro se produjo cuando en la maniobra de aterrizaje «se paró el motor izquierdo». El aparato invadió dos carriles de la N-340, aunque «no se llevó por delante ningún coche», explicó otro pasajero, que dijo que tardaron unos diez minutos en romper una de las ventanas y arrancar una de las puertas de emergencia y, que, posteriormente, estuvieron «durante más de media hora sin que nadie apareciese, ni siquiera para auxiliar a los heridos». Por su parte, otro de los pasajeros relató que el piloto «no advirtió» de nada al pasaje por megafonía y que los ocupantes pensaron que tomarían tierra «con normalidad».
El avión quedó quebrado por la mitad sobre la calzada, con el fuselaje abierto. Los bomberos rociaron con espuma alrededor del avión y vertieron agua sobre la parte trasera del aparato. El aparato fue retirado de la vía sobre las 16'00 horas. El siniestro de ayer ocurrió a una distancia de entre 20 y 50 metros del accidente en 1982 de otro avión, un DC-10 de Spantax, que causó 53 muertos.
Desde Melilla se exige la sustitución «inmediata» de los
aviones CN-235
El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, reclamó
ayer a Air Nostrum -que compró Binter Mediterráneo el pasado 21 de
junio- que sustituya «de forma inmediata» los cinco CN-235 de esta
compañía (fabricados por la empresa CASA).