Las personas que hasta ahora han participado en la búsqueda de Jeffrey Hodgson lo han hecho de todas las maneras posibles. El rastro de este británico de 38 años con problemas de deficiencia mental, desaparecido el pasado 8 de julio en Cala Llonga, ha intentado ser hallado desde mar, tierra y aire. Además, ahora la familia se vale de las nuevas tecnologías, de internet, para reunir algún nuevo dato que facilite un paradero por el que ya hay fijada una recompensa de mil libras esterlinas, unas 300.000 pesetas. La búsqueda de Hodgson, natural de la ciudad inglesa de Stockport, es hasta ahora una de las mayores que se ha realizado por una persona desaparecida en Eivissa.
La familia, de nuevo en Eivissa con una «campaña» en la que se van a repartir 10.000 carteles, ha contado no sólo con las fuerzas policiales y de voluntarios, sino que, además, a ellas se han unido helicópteros, equipos de perros especializados y hasta el Ejército de Tierra. Su caso ha despertado una oleada de solidaridad en el Reino Unido. La BBC y el «Manchester Evening News», entre otros medios, se han hecho eco de su búsqueda, al igual que el periódico de su localidad el «Stockport Times». Las donaciones, de igual modo, están permitiendo no dejar el caso en el olvido.
El mensaje lanzado en estos medios persigue, por inaudito que parezca aquí, fijar la atención de sus conciudadanos por si en algún momento se desplazan a Eivissa o a cualquier destino turístico español. Bery y Derek, los padres de Jeffrey, han hablado de esto mismo en Eivissa cuando se refieren a que la búsqueda «ibicenca» se centra también en recorrer los lugares de la isla e informar también a sus propios compatriotas. Un ejemplo de este ambicioso plan están en que se repartió publicidad sobre el caso el pasado mes de agosto en el descanso del partido de fútbol que enfrentaba al Manchester City con el Stockport County, según se explica en la página web que se ha editado en Internet: www.wheresjeffrey.org.
Esta página en la red da toda la información sobre la desaparición de Hodgson, de unos 77 kilos y 1'70 metros de estatura, y abre la puerta para que cualquier persona que pueda tener una posible pista la comunique. De hecho, se han recibido mensajes que daban su paradero en la localidad mallorquina de Capdepera e , incluso, en distintos, puntos de la península, especialmente en la Costa Blanca, donde a Jeffrey gustaba pasar sus vacaciones. Lo más lógico, sin embargo, es que esté en Eivissa. Su familia dice que mientras no se halle ningún cuerpo para ellos siempre estará vivo y su rastro se busca en es Canar, Platja d'en Bossa. Santa Eulària y Sant Antoni, sitios donde también se ha especulado que pudiera estar por descripciones físicas de personas que han sido vistas en estos lugares y que se han relacionado con el turista perdido.
Para sus más allegados no se descarta ninguna posibilidad, incluida la de un hipotético y más que improbable secuestro. Según esta posibilidad, Hodgson pudo ser sacado voluntariamente o a la fuerza de Cala Llonga, cuando sus padres se inscribían en un hotel de la zona, por una persona que lo recogió en un coche. Pero su propia familia considera más probable que esté perdido por alguna parte de la isla. Así, se lanza el mensaje para que los residentes de Eivissa se fijen en cualquier persona que camine extrañamente -como hace Hodgson- o con pinta de vagabundo británico para que no lo confunda con un turista normal que puede ir ebrio. «La isla es pequeña, puede parecerlo, pero para nosotros está siendo muy grande», comentó hace pocos días Bery, la madre de este británico en cuya búsqueda hay movilizadas ya decenas de personas que están en contacto continuo con la familia de Jeffrey Hodgson.