La desarticulación de un clan en Mallorca especializado en distribuir cocaína en Balears ha sido el segundo golpe dado por las fuerzas policiales en menos de una semana a los grupos que trafican con esta droga en las Islas. La desmantelación del complejo mallorquín ha tenido lugar pocos días después de que, gracias a otra investigación completamente distinta, se pusiera fin a las actividades que llevaba a cabo una red colombiana en Eivissa.
Los dos grupos no tenían ninguna relación entre ellos pero tenían similitudes en su forma de ir acaparando el mercado y de recibir la droga con envíos desde Barcelona y Madrid. Ambos funcionaban de manera independiente y no llegaron a tener ningún tipo de contacto con los principales distribuidores, los clanes de Son Banya, en Mallorca, y los de sa Penya, en Eivissa. El de Mallorca estaba tiempo operando con una «cartera de clientes» que crecía día a día, sobre todo pequeños distribuidores de cocaína. El grupo colombiano, que se había sentado en Eivissa, llevaba pocos meses y había iniciado su expansión buscando en un principio también pequeños «camellos», aunque la desarticulación del grupo evidenció que ya se estaban cerrando tratos en los que la cantidad inferior de comercio era de cien gramos. La Guardia Civil sorprendió a los «narcos» colombianos con algo más de un kilo de cocaína de gran pureza. Casi dos kilos, también de gran pureza, tenía en su poder el clan mallorquín.