La policía llegó a tener detenida a otra persona distinta a la que ahora se halla en prisión en el transcurso de las averiguaciones que se realizaron para esclarecer el crimen de Antonio Navarro. El entonces sospechoso, también vinculado como la víctima a los clanes de sa Penya, no contaba con ninguna coartada y también había sido visto días atrás llevando la silla del hombre que fue despeñado por el acantilado de s'Illa Plana. Al parecer, dicha persona, con múltiples antecedentes delictivos y al que se le conoce un carácter extremadamente violento, había sido visto discutiendo en varias ocasiones con El Antón en los días anteriores al suceso.
La policía procedió a su arresto al día siguiente del asesinato pero horas después quedó en libertad al no hallarse una prueba concluyente y no contarse con ninguna identificación positiva durante las ruedas de reconocimiento en las que participaron al menos cuatro testigos. Tras su puesta en libertad, se procedió a la detención de Francisco M.M., quien se había presentado voluntario en la Comisaría después de que precisamente se le citara para comparecer en las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía.
Tras bosquejarse sospechas sobre su persona, Francisco M.M. fue formalmente arrestado después de se le incluyera en nuervas ruedas de reconocimiento y un sólo testigo le identificara. El sospechoso, al parecer, también se mostró dispuesto a colaborar y entregó un pelo para una prueba de ADN que hay previsto llevar a cabo al recogerse muestras capilares en la mano del minusválido.