La Guardia Civil calculó en su día que el gerente y los tres empleados de «Servicios Especiales Navas» que hoy se sientan en el banquillo en un juzgado de lo Penal de Eivissa estaban detrás de una oleada de robos que les reportó un botín valorado en unos 20 millones de pesetas, cantidad a la que habría que sumar la cuantía de los daños causados. Todo ello no sólo supuestamente por afán de lucro sino también como venganza tras perder clientes o como medida de presión para que los siguientes siguieran solicitando los servicios irregulares de seguridad que prestaba la sociedad.
El fiscal pide penas de hasta cinco años de prisión por un presunto delito de robo continuado para tres de los imputados y una multa por los daños. Para el cuarto procesado requiere tres años por los robos y también multa por los desperfectos causados.
Según la investigación de la Benemérita, el gerente, M.A.N.O., y los otros tres acusados fueron los responsables no sólo de los asaltos a inmuebles que anteriormente «protegían» sino también de múltiples daños e incendios que había en estos locales después de que sus propietarios dudaran o no consideraran conveniente mantener un contrato de vigilancia con esta empresa. La Guardia Civil puso fin a una larga cadena de sucesos similares en junio de 1998 después de una complicada investigación que duró cerca de dos años y en la que finalmente se pudieron hallar pruebas de lo que verdaderamente se escondía detrás de «Servicios Navas», una firma con domicilio social en la calle Balears.