El accidente, con cinco heridos, uno de ellos grave, tras la colisión frontal de un todoterreno y un turismo, se produjo sobre las nueve de la mañana en las inmediaciones del velódromo de Sant Antoni cuando uno de los vehículos venía de las zonas donde se hallan los colegios de Can Coix y Guillem de Montgrí y la conductora del otro coche iba precisamente a dejar al menos a uno de sus hijos en la escuela. La conductora que sufrió las heridas más graves fue Nieves R.P., vecina de Can Tomàs y de 39 años de edad, quien iba en un Renault Clio (IB-6224-DL) y quien en el momento de producirse el choque se hallaba de regreso de las escuelas, según informaron fuentes policiales.
Nieves R.P. quedó ingresada en la Policlínica de Nuestra Señora del Rosario con fractura de cadera y luxación de fémur y al mediodía estaba prevista su intervención quirúrgica. El personal del 061 logró trasladarla del coche a la ambulancia sin que los bomberos, también movilizados, tuvieran finalmente que llevar a cabo alguna excarcelación. Las otras cuatro personas implicadas, entre ellas dos niños de dos y cinco años, que viajaban en un todoterreno Isuza Trooper (4089-DK), tras los primeros cuidados, fueron atendidos de lesiones de escasa consideración también en la Policlínica del Rosario.
El todoterreno era conducido por una residente francesa, identificada como S.J.C., de 31 años, a la que acompañaba R.T.T., al parecer ibicenca de 44 años. Los dos niños son dos varones: F.R.C. y D.R.C., de dos y cinco años respectivamente. La Guardia Civil de Tráfico ha abierto la correspondiente investigación para aclarar por qué uno de los vehículos involucrados en el siniestro invadió en un tramo recto el carril contrario. Según la información recogida por este periódico, está descartado que todo ocurriera por una distracción causada por juegos de los niños o porque alguien fuera bajo las influencia de alguna bebida alcohólica, tal y como llegó a rumorearse en la zona tras conocerse que se había producido un accidente.