La Embajada de España en Londres ha recibido en los últimos meses varias quejas de familiares de jóvenes que han muerto atropellados en la carretera que une Eivissa y Sant Antoni, informaron ayer fuentes diplomáticas españolas en la capital británica.
Todos han protestado por el mal estado de la carretera, la falta de iluminación y de marcas visibles y por la carencia de aceras en el denominado tramo de las discotecas. La última persona en protestar por este asunto ha sido el padre de Rebecca Watkins, una joven de 19 años que fue atropellada en este lugar en verano de 2000.
Fuentes de la Embajada explicaron que el padre de la joven ha presentado un escrito en el que critica que la policía española aún no haya detenido al conductor que atropelló a su hija. El padre de Rebecca también critica el hecho de que la policía no acordonara la zona cuando se produjo el atropello. La joven, que llevaba dos días en la isla, cruzó la carretera mirando tan sólo a su derecha [debido a la costumbre británica] y no vio al vehículo que la atropelló.