Por tercer año consecutivo, la Guardia Civil impidió que sonaran los tambores en la playa de Benirràs durante la suprimida fiesta de la luna llena de julio , la noche del pasado domingo a ayer, lunes.
Los agentes no tuvieron que intervenir de forma «excepcional», explicó el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Carraca, y tan sólo su presencia fue suficiente para disuadir de su intento a más de 150 jóvenes que se congregaron con decenas de tambores en la playa de Benirràs, como cada año por estas fechas. «Hay que prohibir todas las fiestas ilegales», dijo el alcalde.
La Guardia Civil también se encargará de impedir el próximo mes que se celebre la denominada fiesta de los tambores por la paz, una reunión ya casi mítica que, según el alcalde, «se les fue de las manos a los organizadores».
Por otra parte, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sant Joan aprobará hoy en pleno municipal, si no hay sorpresas, la solicitud de refuerzos de la Guardia Civil para la temporada de verano a la delegada del Gobierno en las Pitiüses, Marienna Sánchez-Jáuregui.
Ayer, el alcalde de Sant Joan explicó que lo único que quieren es «lo de siempre, es decir, que el cuartel de la Guardia Civil cuente con seis agentes y un mando». En la actualidad, «al menos hasta hace unos días», recordó el alcalde, Sant Joan cuenta sólo con tres agentes al mando de los jefes del retén de Sant Antoni.
«Durante años el cuartel estuvo completo, con seis agentes y un jefe, pero ahora hacen cambios constantemente y este invierno sólo ha habido tres», dijo Carraca. «Lo mínimo son seis agentes y un mando y un coche patrulla vigilando las 24 horas del día y todo esto a lo largo de todo el año».