Los equipos de rescate encontraron ayer por la tarde en el pirineo gerundense, cerca de Espolla, los restos de la avioneta que desapareció el pasado domingo horas después de despegar de Eivissa y los cadáveres de los cuatro tripulantes, todos ellos de nacionalidad suiza. El aparato y los cuerpos estaban completamente carbonizados, explicaron los rescatistas. Fuera del aparato había tres cadáveres y los expertos piensan que el cuarto está en el interior.
El helicóptero «Superpuma» del escuadrón 803 de Madrid encontró la avioneta a las 17.15 horas de ayer después de casi tres días de búsqueda, un rastreo que comenzó el pasado domingo y continuó durante el domingo y el lunes. Varias avionetas y helicópteros rastrearon durante los dos primeros días de búsqueda un área situada en el mar a 25 millas de la costa de Girona. Las autoridades francesas informaron ayer por la mañana de que el último contacto por radar con la avioneta se produjo cerca del pueblo gerundense Espolla.
Por este motivo, ayer el Servicio Aéreo de Rescate (SAR) de Palma y de Madrid iniciaron ayer la búsqueda por esta zona montañosa en lado español, mientras que al otro lado de la frontera trabajaron un avión y un helicóptero franceses.
La avioneta, una Cirrus SR 22, despegó el domingo a las 11.41 horas del aeropuerto de Eivissa y puso rumbo al aeropuerto galo de Bâle-Mulhouse, en la frontera con Suiza. La búsqueda del aparato comenzó a las 17.45 horas, después de que los aeropuertos de Barcelona, Perpignan y Reims perdieran con el contacto con la aeronave.
En un principio la búsqueda se realizó en el mar (25 millas al este del cabo Begur, en Girona) porque los radares perdieron la señal, supuestamente, en zona marítima, aunque ayer por la mañana las autoridades francesas explicaron lo contrario.