Síguenos F Y T I T R

El acusado de apuñalar a su pareja en ses Figueretes dice que se le «subió» el alcohol

La víctima asegura en el juicio que no tiene miedo del imputado y que si éste estuviera en libertad no dudaría en vivir con él

H.B., un argelino de 54 años que, según la policía, contaba con 48 antecedentes delictivos, fue juzgado ayer tarde en Eivissa por la Audiencia Provincial.

|

«Le pregunté dónde estaba el dinero y al decirme que se lo había gastado empezamos a discutir. Fue entonces cuando se me subió el alcohol. Toda la cabeza me daba vueltas. No me acuerdo ya de nada más. Cuando me desperté lo vi todo manchado de sangre y me asusté».

Así relató H.B., el vecino argelino de ses Figueretes acusado de intentar matar con unas tijeras a su compañera sentimental el 22 de julio de 2003, lo que ocurrió en el piso de la calle Formentera que ambos compartían.«Nunca quise matarla», añadió tajantemente.

El sospechoso, con 48 antecedentes policiales y 22 identidades conocidas, fue juzgado la pasada tarde por la Audiencia Provincial y se sentó en el banquillo enfrentándose a 14 años de cárcel por tentativa de asesinato. Se da la coincidencia que como testigo de la defensa compareció el militar argelino que en 1998 pidió asilo en Eivissa tras huir de su país y aterrizar en el aeropuerto con un helicóptero del ejército.

La mujer que recibió más de diez puñaladas en la citada madrugada no sólo ha perdonado al presunto agresor sino que, ayer tarde, ante el tribunal, manifestó lo siguiente: «Si estuviera en libertad seguiría viviendo con él». La víctima, además, aseguró que no le tenía ningún miedo y que ambos tenían previsto casarse después de tres años de una relación normal. H.B., sin embargo, contaba con una orden judicial en abril de 2003 que le impedía acercarse a ésta en un espacio de 500 metros. Todo ello, después de que dicha persona interpusiera una denuncia por malos tratos que luego retiró.

El último capítulo de violencia doméstica ocurrió sobre las tres de la madrugada después de que H.B llegara supuestamente muy bebido a su casa. Éste pidió a su compañera explicaciones de por qué no cogía el teléfono y sobre el uso que había hecho con 140 euros que le había entregado.

«Le estuve esperando para cenar. Al entrar en el dormitorio le dije que cogiera sus ropas y su maleta y que se marchara donde había estado con sus amigos», señaló la víctima.Ésta, en el juicio, frente a lo declarado en la instrucción del caso, comentó que no estaba dormida sino que veía la televisión somnolienta tras haber tomado un tranquilizante. «Solo noté un dolor en el lado y no sé tampoco quién lo hizo», afirmó la compañera del acusado.

H.B. explicó que al ver la sangre fue a la calle y pidió que viniera la policía.

Lo más visto