Los dos jóvenes británicos que vivían con la víctima fueron conducidos al puesto de la Guardia Civil de Sant Antoni después de que surgieran sospechas de que en vez de un accidente hubiera ocurrido un homicidio por algunas contradicciones que se encontraron en sus primeros testimonios. A última hora de la tarde de ayer, y tras interrogárseles por agentes de Policía Judicial, se les dejó en libertad a disposición de lo que dictamine el juzgado.
Chanta Jean Linnebaugh, de 25 años y natural del estado norteamericano de California, que al parecer también contaba con nacionalidad colombiana, pereció poco antes de las ocho de la mañana de ayer tras precipitarse de un segundo piso de la calle Balanzat, esquina con la calle Santa Agnès, en el inicio del West End. Su cuerpo en el asfalto fue descubierto por una empleado de la limpieza urbana que escuchó un repentino impacto contra el suelo.El 061 recibió el aviso a las 7.45 horas. El personal sanitario de una UVI móvil que se desplazó hasta Sant Antoni no pudo hacer nada para salvar la vida de la chica, a quien el fuerte golpe sobre la calzada le provocó heridas craneales muy graves.
La información recogida por este periódico señala que la víctima permaneció al menos durante una hora en el balcón presa de un ataque de llanto, motivada presuntamente por una fuerte depresión que sufría. La fallecida, que había trabajado como bailarina en espectáculos de discoteca, entre llos Manumission, y a la que hora se le relacionaba con clubes de alterne, llevaba dos meses residiendo en un nuevo domicilio que había encontrado tras alternar su estancia en la isla con otros desplazamientos al extranjero.
Varias fuentes consultadas explicaron que la víctima había tenido problemas con las drogas y que no lograba mantener un trabajo fijo. Según informó Europa Press, la delegada del Gobierno, Marienna Sánchez Jáuregui, apuntó a que sus últimos datos indicaban más bien que la propia víctima se había arrojado al vacío.