Los expertos consideran que el riesgo de que en el Mediterráneo se dé un maremoto similar al registrado en el Indico es «prácticamente nulo», mientras que en el Atlántico podría darse un «tsunami» importante, al tiempo que recuerdan que España carece de un sistema que alerta de la llegada de olas gigantes.
El director del Instituto Andaluz de Geofísica (IAG), José Morales, explicó, en un comunicado, que para que un «tsunami» afectara a las costas andaluzas tendrían que coincidir una serie de factores, como que se produjera un terremoto en el mar de más de 6 grados Richter, a lo que añadió que en la región se registraron el año pasado ocho seísmos superiores a los 3 grados y dos de más de 5. El doctor de la Universidad de Málaga Jesús García Lafuente consideró que el riesgo de que se produzcan maremotos en el Mediterráneo con la fuerza de los que arrasaron el Sudeste Asiático es «prácticamente nulo» y subrayó que aunque fuera muy intenso «la misma topografía del fondo del mar, con cordilleras sumergidas e islas, los frenaría». Apuntó que el Atlántico sí podría darse un «tsunami importante», aunque «difícilmente alcanzaría el poder destructor del acaecido en Sumatra», ya que debería ser de unos 9 grados «y actualmente se desconoce la existencia de fallas que pudieran producir un terremoto de tales características». Morales añadió al respecto que, en su opinión, si se diera ahora en el Atlántico un temblor como el ocurrido en 1755 en Lisboa, que provocó un tsunami por el que murieron 4.000 personas en Cádiz y que estuvo entre los 8,5 y 8,7 grados, «el desastre sería mayor». «La especulación urbanística y el turismo han permitido construcciones a corta distancia del mar sin tomar medidas de seguridad, aspecto que no acontecía en la funesta fecha», aseveró.