Los sospechosos que han sido llamados a declarar por el juez instructor del caso, Juan Carlos Torres, responsable del juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, son los ocho que ingresaron en prisión tras producirse un total de diez detenciones entre la localidad toledana de Illescas, Madrid y Málaga.
Entre ellos supuestamente figura el cabecilla del grupo desmantelado por la Guardia Civil, J.M.C.P., de 37 años, persona a la que además se le imputa haber ordenado el asesinato de López Calzado después de que éste se negara a pagar una cantidad próxima a los 200.000 euros por haber mantenido una relación sentimental con su ex novia.
Asimismo, el magistrado tiene previsto tomar manifestación a las cuatro personas que al menos participaron en la muerte a tiros de José Miguel López Calzado, acribillado por disparos de dos pistolas efectuados a pocos metros de la mesa del restaurante de Sant Josep donde la víctima cenaba el 7 de agosto acompañado de su nueva pareja y de un amigo. El juez y el fiscal, durante esta fase de instrucción, definirán formalmente por qué tendrán que sentarse en el banquillo los acusados, que indistintamente se enfrentan a cargos no sólo de asesinato, sino también a otros de encubrimiento, extorsión, drogas, robo de vehículos y tenencia ilícita de armas.
Todos los sospechosos, incluso los dos que no prestarán por el momento declaración, han sido relacionados por la Guardia Civil con una peligrosa banda de Madrid de tintes mafiosos. De hecho, los agentes, tras completar el mes pasado nueve meses de investigación, se incautaron de drogas y armas en un chalet de Illescas.
La Guardia Civil trasladó hace varios días a los acusados a la prisión de Eivissa en medio de fuertes medidas de seguridad. Muchos d e los sospechosos, dos de ellos colombianos, son considerados por la Guardia Civil como «muy peligrosos». La investigación ha reunido cerca de 5.000 folios repartidos en siete tomos que se hallan bajo secreto de sumario y que recogen las relaciones y actividades de unos y otros.
Se supone que López Calzado trató directamente con algunos de los detenidos. El empresario contaba con negocios de hostelería en Málaga y de automoción en Madrid. Sin embargo, también se conocían sus posibles conexiones con el narcotráfico, causa por las que fue detenido en Cádiz tras aprehenderse un alijo de hachís.