A lo largo de los meses de invierno, la junta directiva de la Asociación de Vecinos de Sa Penya llegó a felicitar al director insular, José Manuel Bar, por el incremento de la presencia policial en este histórico barrio conflictivo de la ciudad, un incremento de agentes que, según indicaron en su momento, motivó la reducción del tráfico de drogas y la presencia de toxicómanos en la zona. Pero ahora, en plena temporada, la Asociación de Vecinos de Sa Penya vuelve a retomar las veteranas críticas que llevan años vertiendo sobre los cuerpos policiales. «El incremento de turistas en el último mes en busca de algún producto ilegal ha sido constante, un paseo de continuo de yonkies por las calles de este bonito barrio hace que muchos visitantes deseosos de contemplar las calles del mismo se echen para atrás ante la sensación de inseguridad reinante», dice la junta directiva de la Asociación de Vecinos de Sa Penya en un comunicado.
Aseguran desde esta agrupación vecinal que da la impresión de que, al igual que los turistas, los policías también están de vacaciones. «Tras varias reuniones con las distintas administraciones en las cuales se nos ha prometido un incremento en la vigilancia policial y viendo que ésta era posible, como ya pudimos comprobar durante el invierno pasado, llegado este momento de la temporada nos vemos obligados a denunciar la pasividad de los cuerpos de seguridad, que son prácticamente inexistentes, pareciera que para ellos también hayan llegado las vacaciones, justo en el momento en el que más necesaria es su presencia por el incremento de turistas», denuncian desde la asociación.
Los vecinos de sa Penya han anunciado que de nuevo tienen previsto solicitar una reunión a las autoridades para recordarles que se deben a sus promesas: «Para la mejor convivencia y habitabilidad del barrio solicitamos antes nuestros representantes el cumplimiento de las decisiones acordadas en las distintas reuniones».
Los vecinos también han denunciado que algunas personas están utilizando las bocas de riego del barrio como duchas improvisadas y que, además, han detectado «la existencia de vertidos de aguas fecales en nuestras calles por la rotura de canalizaciones».