J.J.MONERRI
La Guardia Civil detuvo a los tres senegaleses, procesados por la
comisión de un presunto delito contra la propiedad industrial, tras
llevarse a cabo una operación policial en el mercadillo de Punta
Arabí el 17 de septiembre de 2003.Todos ellos disponían de puestos
en el citado mercadillo en el que se vendían diferentes artículos.
Los agentes, que actuaron tras una denuncia de la firma Rolex,
decomisaron también a los vendedores gafas falsificadas de la marca
Chanel.
Los acusados comparecieron ayer ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada juez Clara Ramírez. Cada uno de ellos descargó su responsabilidad de distinta manera y uno, en concreto, aseguró desconocer que la firma Rolex era una marca de relojes de lujo pese a manifestar que llevaba seis años viviendo en España. A dicha persona se le intervinieron dos Rolex, dos gafas Chanel y otro reloj falsificado de una firma conocida.
Tampoco se quedó atrás en su declaración otro detenidos, persona a la que se le requisaron siete gafas y un Rolex. «El reloj era mío. Lo tenía puesto encima de la mesa para ver la hora. Nunca lo llevo en la muñeca», dijo en una confesión que hizo al tiempo que sacaba del bolsillo otro reloj. Este mismo vendedor no negó conocer la marca Rolex pero, a su vez, afirmó tajantemente que era la primera vez que oía hablar de Chanel.
Ambos acusados se enfrentan a penas de seis meses a un año y medio de prisión, condenas de requieren indistintamente la acusación particular y el ministerio público. Peor lo tiene el tercer sospechoso. A éste se le sorprendió con algo más de una veintena de relojes y la condena pedida ayer iba de dos a tres años de prisión. Los relojes -buenas falsificaciones, según un perito- cuyo valor real alcanza los 4.000 euros fueron adquiridos a cuatro euros y se vendían a seis.