Una mujer de nacionalidad ecuatoriana reconoció ante el juez del Juzgado de Instrucción número 1, Juan Carlos Torres, que azotó a su hija de nueve años con un látigo de cuero trenzado. Lo hizo, según explicó la mujer, porque la niña le había robado dinero, informaron ayer fuentes judiciales. Sin embargo, su marido y la abuela de la pequeña negaron la confesión de la madre, a pesar de que fue la abuela quien entregó a la policía el látigo con el que, supuestamente, la niña fue azotada.
Los padres, ambos de nacionalidad ecuatoriana y residentes en el municipio de Eivissa, dijeron que el látigo se lo habían encontrado en la calle. La pareja tiene otro hijo al que, al parecer, no se le han encontrado lesiones. Los padres fueron detenidos por agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) del Cuerpo Nacional de Policía a raíz de una investigación que se emprendió tras el aviso del colegio al que acude la pequeña, cuyos profesores habían advertido posible maltrato sobre la niña.
Después, la abuela, aunque no fue detenida por la policía, también fue imputada. Los tres son de nacionalidad ecuatoriana. La pareja quedó en libertad mientras los juzgados, la policía y los servicios sociales investigan este caso y se les cita para la posible realización de un juicio por supuestos malos tratos a la menor.