Una juez de Eivissa debe decidir si un vecino de la isla cometió un delito de injurias después de que éste supuestamente contara a sus amigos que se estaba acostando con una mujer, relato que dicha persona presuntamente realizó a tres personas que como él presenciaban un partido de fútbol. La afectada y su marido, que niegan que dichas relaciones tuvieran lugar, emprendieron acciones legales tras llegar a sus oídos dichos comentarios y reclaman por los daños morales causados el pago de 36.000 euros.
La mujer, además, manifestó durante la causa que desde entonces es víctima de una grave depresión y sufre continuos capítulos de ansiedad. El abogado que defiende sus intereses argumentó el día del juicio, celebrado a principios de mes en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, que la actuación del acusado no constituyó un hecho aislado, sino que formó parte de un plan urdido para hacer daño al compañero de la afectada por este caso. El comienzo de este litigio tuvo lugar tras hacerse estos comentarios en 11 de febrero de 2005. Según la acusación particular, dicha historia corrió como la pólvora entre los conocidos de dichas personas llegando, incluso, a ser la comidilla entre los empleados del establecimiento hotelero donde la mujer trabajaba. Al saberse objeto de estos comentarios, dicha persona sufrió un «gran dolor» -según expresó en la vista el abogado de los denunciantes- que desembocó en un trastorno psíquico.