C. CUEVAS
El dispositivo organizado para paliar los efectos del vertido continúo desplegándose ayer con la llegada de más medios y personal.
Un Hércules del ejército traía a las 2,30 horas el primer paquete de barreras absorbentes, al que siguieron más. En total se desplegaron entre el jueves y el viernes 4.200 metros de estas barreras -900 para Talamanca, 1.700 para ses Figueretes y 1.600 para Platja den Bossa-. La ministra explicó la preferencia por este tipo de barrera «por el tipo de fuel a combatir y por el resultado que están dando, mejor que el de las de contención». Los técnicos también señalaron que el mejor elemento que se podía colocar para ayudar a la recogida era el buque Clara Campoamor que imposibilitaría el traspase del reguero a ninguna otra zona del litoral.
Ayer también se acordó con la fábrica productora de barreras absorbentes, ubicada en Zaragoza, que según se fueran necesitando más se irían suministrando hasta un total de 2.000 metros diarios en caso de que fueran necesarios. Sin querer alarmar, la ministra explicó que «las barreras se rompen por el efecto del mar y porque agotan su trabajo, entonces hay que reponerlas ».
El número de operarios que ayer trabajaban en las playas afectadas era 145 personas entre los movilizados por los gobiernos Balear y Central. Ante la insistencia de algunos periodistas por saber por qué no se movilizaron voluntarios, la ministra expresó que no consideraba necesario molestar a la población «si no es necesario» y agradeció el «importante volumen de voluntariado», al que, señaló, «llamaremos si hace falta». Aún así Protección Civil colaboró con su personal y sus medios, al igual que la Cruz Roja, como apoyo logístico del dispositivo desplegado. Realizaron labores de transporte e informaron a los bañistas de las causas del cierre de las playas. La ministra también aseveró que «se está trabajando con los mejores medios -de los que hace unos años no disponíamos- y con el personal necesario y cualificado para esta labor».