Miembros de la Policía Local de Santa Eulària y de la Guardia Civil tuvieron que emplear la violencia para reducir a un joven rumano que la pasada madrugada, muy violento y en estado de embriaguez, amenazó a los agentes con un cuchillo en el domicilio en que reside en es Canar. Según el relato de la Policía Local de Santa Eulària, todo comenzó a raíz de una denuncia que en el retén de este cuerpo presentaron de forma verbal los dos compañeros del detenido, también de nacionalidad rumana.
Explicaron que su compañero les había echado de casa a punta de cuchillo, que había causado grandes destrozos en el domicilio y que había arrojado la televisión por el balcón, un segundo piso. Afortunadamente, en ese momento no había nadie debajo.
Sobre la una y media de la madrugada, los agentes locales llegaron al piso de es Canar, adonde les acompañó una patrulla de la Guardia Civil, y tocaron la puerta insistentemente, pero el rumano que estaba en el interior se negó a abrir. No fue necesario derribarla, pues tras un rato de gritos decidió abrir, aunque antes había advertido de que si les daba paso les iba a matar. Les recibió con un cuchillo pequeño, según la Policía Local de Santa Eulària, pero el grande, el de cocina al que se referían sus compañeros de piso, lo tenía en una mesa cercana.
Ante la actitud agresiva, los agentes decidieron emplear la fuerza para reducirlo. Al parecer, el rumano no sufrió heridas de consideración durante su detención, pues ayer por la mañana ya había sido puesto a disposición del juez de guardia. Según el fiscal, se le acusará por los daños causados en las propiedades de sus compañeros de piso, a quienes al parecer destrozó la ropa con el cuchillo de cocina, además de las cortinas y el sofá y una posible amenaza a los agentes. El detenido, D.G.D., es un joven de 21 años.