El ladrón que atracó en la madrugada del pasado sábado la gasolinera que hay a la entrada del puerto de Eivissa a punta de pistola tenía muy claro que se iba a llevar el dinero de la caja al precio que fuera. Intentó disparar por dos veces y por dos veces tuvo problemas con su arma. Se desconoce si fue porque tenía el seguro puesto o porque la pistola se encasquilló. Según ha podido averiguar este periódico, logró hacer un disparo después de revisarla y de amartillarla de nuevo.
Durante todo este tiempo «jugó» con la pistola moviéndola de un lado a menos de un metro de las dos empleadas que, sorprendidas, veían sus movimientos detrás del mostrador de la tienda. Logrado su propósito, hizo fuego sin contemplaciones. La bala, presumiblemente del calibre 22, traspasó por dos veces una puerta de madera de un cuarto reservado al público ubicado junto al stand de las pilas. Las afectadas no se dieron cuenta del agujero hasta horas después, cuando aún se pensaba que el ladrón había podido utilizar un arma de fogueo. Nuevos datos que han trascendido sobre este caso han permitido ahora conocer que el asaltante, muy nervioso y con la cara desencajada -no se descarta que fuera un toxicómano cono el mono- irrumpió en la tienda calado con un sombrero negro. Muy rápidamente exigió el dinero y sin dar tiempo a las empleadas efectuó el disparo. Una de ellas, enseguida tras escucharse la fuerte detonación, le entregó lo que había en la caja, posiblemente cerca de 400 euros. El asaltante huyó luego en un vehículo. Algunas fuentes señalaron ayer que agentes de Comisaría estaban examinando un vehículo que correspondía con la descripción de uno que había sido visto por la gasolinera instantes después del atraco. Todo ello, después de que fuerzas policiales de la isla localizaran dicho coche. Se desconoce si éste figuraba como robado.