J.M.ALONSO / J.JIMÉNEZ
Agentes de la Guardia Civil han arrestado a un vecino de Sant Antoni por violar, supuestamente, a sus cuatro hijas, a la primera de ellas en 1992. El detenido, José Juan S.N., de 51 años, también está acusado de maltratar física y psicológicamente a las cuatro víctimas, de edades comprendidas entre los 15 y los 22 años. Además, la esposa del detenido y madre de las presuntas víctimas, también está imputada, informaron fuentes conocedoras del caso.
Igualmente, y siempre según el relato de la denunciante a la Guardia Civil, en los tocamientos también participaba un amigo del padre, a quien se conoce como «P» y cuyo nombre se desconoce y que no ha sido detenido por el momento. José Juan S.N. fue enviado ayer a prisión con carácter preventivo tras prestar declaración del juez de guardia, que se prevé que se inhiba en favor del Juzgado de Instrucción número 4, especializado en casos de violencia doméstica.
«Dios»
La denunciante, que tiene 22 años, ha explicado que, cuando ella era pequeña, el tal «P» entraba en su habitación y les decía a ella y sus hermanas que era «Dios» y les realizaba tocamientos en la vagina.
Fuentes cercanas al caso señalaron que el padre de las niñas es un hombre «muy agresivo», según la denunciante, que las pegaba y que en ocasiones tenían que ir al colegio sin haber dormido. Según la acusación, el padre consumó relaciones sexuales completas con las cuatro hijas cuando ya tenían 15 o 16 años. De la misma forma, también se ha denunciado que «P» las obligaba a realizar felaciones desde que eran pequeñas.
Las víctimas estaban muy castigadas anímicamente y dos de ellas, que son menores de edad, prestaron declaración en la Fiscalía de Menores. Después quedaron bajo custodia del Tribunal Tutelar de Menores.
La casa familiar
Los abusos sexuales se cometieron presuntamente en la casa familiar y la Guardia Civil trata de determinar ahora por qué la madre no supo nada (o al menos no lo denunció), si se trataba de agresiones sexuales tan frecuentes.
La detención fue practicada por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil en Eivissa, cuyos agentes están tratando de averiguar el papel que jugó la madre y el nombrado como «P».