Un residente ecuatoriano que tuvo una disputa con su ex pareja en Nochevieja después de que ambos coincidieran en una discoteca de ses Figueretes ha sido condenado a 18 meses de cárcel, pena que la juez responsable de esta sentencia ha sustituido por su expulsión del país por un periodo de diez años. La sentencia, en la que se fijan nueve meses de prisión por maltrato y otros tantos por amenazas, es susceptible de recurso, por lo que dicha expulsión quedaría de nuevo pendiente de nuevas decisiones judiciales.
El acusado, un hombre que en mayo de 2006 fue condenado por la misma juez, la magistrada Martina Rodríguez, titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, también por un delito de maltrato, ha defendido en todas las ocasiones su inocencia, asegurando que su ex mujer es la que está haciendo todo lo posible para que se marche de la isla. De hecho, por la desavenencias entre ambos existe pendiente otra causa por la que su actual novio, de nacionalidad española, se enfrenta a tres años de prisión por supuestamente atacarle a él y a su familia con una pistola de descargas eléctricas.
La mujer, en un juicio celebrado días atrás con la presencia de una docena de testigos para las dos partes, afirmó que se hallaba en la discoteca Blu de ses Figueretes cuando recibió un fuerte puñetazo en la espalda. Según su versión, su ex pareja salió luego corriendo pero la esperó en la puerta del local, con su hermano agazapado en el exterior, y la amenazaron con correas, cadenas y punzones o navajas. Su abogado pedía tres años de cárcel.
El acusado negó todos estos extremos y aseguró que él era quien había sido apaleado cuando, tras una reunión de compatriotas en una explanada de Can Misses, acudió a la discoteca y se topó con los amigos de su ex pareja.