El actor Micky Molina tendrá que viajar en junio por quinta vez expresamente a Eivissa para que se pueda resolver judicialmente las acusaciones que pesan tanto para el artista como para un británico con el que éste tuvo una disputa de tráfico, conflicto que acabó en una persecución con el coche de Molina estrellado en un barranco de Jesús. El caso, ocurrido en agosto de 2004, fue suspendido ayer por la Audiencia Provincial ante la ausencia de la mujer que el día del suceso le acompañaba. Ésta, ex novia del actor, sí declaró meses atrás cuando el caso pudo verse, tras otros tres aplazamientos, en un juzgado de lo Penal de la isla, vista que, sin embargo, fue declarada nula al declararse a la Audiencia Provincial como el tribunal que debía ser competente para dirimir las cuestiones que enfrentaban a ambos conductores. Molina lamentó ayer la nueva suspensión del juicio, máxime cuando tuvo que dejar un rodaje en Murcia para venir a Eivissa
El fiscal pide tres años y medio de cárcel para el conductor británico al entender que hirió en la mano y en la cara al actor cuando ambos detuvieron sus respectivos vehículos en la rotonda de Juan XXIII. En este momento, según el ministerio público, Molina también perdió los nervios al ocasionar destrozos en el coche del otro implicado. Por ello considera a Micky Molina como supuesto autor de un delito de hurto por el que considera que el artista debe pagar 3.600 euros. La abogada de Molina, Teresa Bueyes, pide, a su vez, cinco años de prisión para el acusado británico, al considerarle responsable de distintos delitos, entre ellos los de lesiones y omisión del deber de socorro.