La Guardia Civil está buscando a la persona o personas que abanodonar en un descampado el cuerpo sin vida de un joven bolero, que falleció al reventarle dos de las 56 bolas de cocaína que llevaba en el estómago. En total tenía en su interior 710 gramos de cocaína, informaron ayer desde la Comandancia de la Guardia Civil de Balears.
Los investigadores sospechan que el joven no murió en el lugar en el que fue hallado, en una finca cercana al retén de la Policía Local de Sant Antoni, ya que la autopsia señala que murió el domingo por la mañana y la persona que lo encontró por la tarde asegura que horas antes no estaba en el lugar, por lo que se está investigando quién o quiénes lo pudieron arrojar al descampado, informaron fuentes conocedoras del caso.
Envoltorios
Por el momento no ha trascendido la identidad del fallecido, aunque las fuentes señalaron que es posible que hoy ya sea hecha pública. Se trata de un varón de entre 25 y 30 años, 1,85 metros, blanco, vestido con un pantalón corto negro y una camiseta también negra de manga corta. Además tiene un tatuaje a modo de alianza en el dedo anular de la mano derecha. En la autopsia también se ha descubierto que las 56 bolas de cocaína que había ingerido estaban hechas con papel film, plástico transparente del que se utiliza en cocina, algo parcido a la cinta adhesiva. Al parecer la forma más segura es utilizar preservativos para introducir la cocaína y después sellarlos con papel film. Dos de las bolas se rompieron y liberaron la cocaína en el estómago del joven, que falleció por sobredosis, informaron desde la Comandancia de la Guardia Civil de Balears, lo que se conoce como muerte blanca.
En la investigación también se baraja la sospecha de que el fallecido acabara de llegar a la isla, ya que no tuvo tiempo de deponer la droga que había ingerido. Esta forma de narcotráfico es muy peligrosa pero una de las más seguras a la hora de eludir los controles de entrada a la isla.