La quinta ha sido la definitiva. Tras cuatro suspensiones del juicio en el que el actor Micky Molina y el británico R.P.A. se acusan por una discusión de tráfico en Eivissa que degeneró en violencia y en la que el primero salió mal parado, el caso lo dejó ayer visto para sentencia la Audiencia Provincial. Por fin ayer se pudo escuchar a través de videoconferencia el testimonio de la ex pareja de Molina, la única persona que podía arrojar un poco de luz sobre los magistrados, que ayer volvieron a escuchar los contradictorios relatos de lo ocurrido de boca de los dos protagonistas. El Ministerio Fiscal pide tres años y medio de prisión para el británico por un delito de lesiones y para el español dos multas, una de 3.650 euros por un delito de daños y otra de 500 euros por una falta de lesiones. Por su parte, Molina, que asegura que tanto su imagen como su físico se han deteriorado por este asunto -sufrió un corte en la cara y lesiones en los dedos que al parecer le impiden tocar el piano y el clarinete-, reclama 5.140 euros por los daños físicos y 7.000 por la cirugía a la que tiene previsto someterse en la mano.
Los hechos se produjeron el 13 de agosto de 2004 sobre las seis de la tarde. Según la ex pareja de Molina, ella y él iban en coche. Él estaba enfadado porque ella tenía que abandonar la isla. Cuando conducían a tomar la última cerveza, dijo la ex del actor, un monovolumen les adelantó de forma alocada y les obligó a frenar de golpe. Ambos vehículos tuvieron que detenerse porque el tráfico estaba atorado. Según la mujer, Molina comenzó a pitar y a insultar al conductor que le había adelantado, bajó de su coche y se dirigió hacia el del británico. «A Miguel se le fue la cabeza» y comenzó a dar patadas al coche. Todo esto ocurría en la rotonda de la avenida de Sant Josep hacia Sant Antoni. El británico, lejos de responder a la provocación, se encerró en el monovolumen. «Micky rompió el retrovisor» del monovolumen, «abrió el maletero [del vehículo del británico], cogió una nevera y la tiró al suelo», testificó la mujer. Entonces R.P.A., un hombre bastante fuerte, cabeza rapada, salió de su monovolumen «con algo en la mano» y golpeó al español en la cara y la mano. «Sangre, muchísima sangre, todo el coche y yo también», dijo la mujer. La pareja subió al coche y el británico comenzó a perseguirlos. «Llegamos a ponernos a 250 kilómetros por hora». Finalmente, ya en un camino de tierra que comienza en el restaurante Tu Casa, en Jesús, llegaron al final y, según Molina y su ex, el coche quedó al borde un barranco de 200 metros de caída al mar. Pidieron ayuda al británico, pero se rió de ellos y se fue, siempre según la mujer.