Alvar Paas, estonio de 27 años de edad, que se entregó anteayer en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía y reconoció ser el ejecutor del ítalo-colombiano Alejandro A., declaró ayer por la mañana ante la Guardia Civil y dio su versión de lo ocurrido -la única posible- en la habitación número 306 de Apartamentos Sant Antoni. La declaración se realizó en inglés a través de un intérprete.
Alegó defensa propia, porque explicó que Alejandro A., su compañero de habitación y a quien, dijo, acababa de conocer, le agarró por detrás en el transcurso de una discusión por motivos sin importancia, según explicó, y para evitar ser asfixiado tomó para defenderse lo que encontró más a mano en la habitación.
El cuchillo
Lo que cogió fue un cuchillo de cocina de la cubertería de la habitación, un cuchillo de mala calidad de tan sólo unos cinco centímetros y con el que, haciendo el gesto hacia atrás, golpeó repetidamente en el cuello a Alejandro A.
El cuchillo penetró al menos tres veces en el cuello, de forma que le rasgó la carótida y el colombiano nacionalizado italiano murió desangrado. El pánico se apoderó del estonio y le aconsejó esconder el cadáver, junto con los enseres de la víctima y ropa de cama, debajo de ésta. Al día siguiente por la mañana una camarera de piso de Apartamentos Sant Antoni se encontró con la escena. Sangre por toda la habitación e incluso en el pasillo. Gracias a la declaración de Paas, por fin se supo que, según su versión, él y su víctima acababan de conocerse.
Llegaron a la isla el lunes pasado -pocas horas después se produjo el crimen- en un avión procedente de Londres. Según el estonio, se conocieron de esta forma y decidieron alojarse juntos en Apartamentos Sant Antoni. En un principio se pensó que el fallecido era Alvar Paas, por lo que se inició la búsqueda de Alejandro A. como sospechoso de asesinato. Al parecer, la mala calidad de las fotocopias de los pasaportes que quedaron en la recepción del hotel fue lo que motivó la confusión.