Agentes de la Policía Nacional y la Unidad Antidroga peruana han desbaratado la conexión del tráfico de cocaína entre Perú e Eivissa, tras la desarticulación de una organización de narcos que operaba en la isla y en el país andino. En total se han producido 17 detenciones. En Madrid e Eivissa fueron arrestados los 16 encargados de la introducción, adulteración y distribución del estupefaciente en la zona de Platja den Bossa, mientras que en Perú fue localizado y detenido el otro miembro de la red, el ibicenco J.D.D., en colaboración con la Unidad Antidroga peruana, cuando pretendía tomar un vuelo a Eivissa cargado con siete kilogramos de cocaína.
En Eivissa se realizaron 13 detenciones entre el 2 y el 10 de julio. Fueron puestos a disposición judicial y al parecer el juez de guardia los envió a prisión. Tan sólo uno de los detenidos es español, otro es paraguayo y el resto, once, son de Colombia.
En el aeropuerto de Eivissa cayeron el jefe y su mano derecha, C.L.L. y J.V.C., respectivamente, ambos colombianos. Habían acudido a recoger un kilo de coca que traía una de sus compinches. En Madrid se detuvo a dos mujeres y a un hombre, todos de Colombia.
La organización se encontraba perfectamente estructurada a través de departamentos, como si fuera una empresa. Contaba con dos laboratorios, ambos en Eivissa, en concreto en el número 17 de la calle Pla de Vila, en Talamanca, donde adulteraban la cocaína. La droga era distribuida en los establecimientos de ocio de Platja den Bossa, a los que acudían a última hora del día para recaudar el dinero obtenido de esta actividad ilícita.
Turnos de trabajo
La red desmantelada ya fue investigada el pasado diciembre, cuando se localizó otro laboratorio y aproximadamente diez kilogramos de cocaína. Después se reestructuró con la colaboración de un nuevo responsable en la isla, con el consiguiente aumento de medidas de seguridad para evitar ser detectados.
Los que se ocupaban del suministro del estupefaciente en la zona de la playa tenían incluso un turno de «trabajo» para abastecer de cocaína estos lugares a lo largo de todo el día.
A medida que la Policía Nacional avanzó en la investigación fue identificando a todos los miembros. La red operaba de forma global, ya que controlaba todo el proceso, desde la introducción de la cocaína en España, hasta su adulteración y posterior distribución en locales de ocio, con lo que multiplicaban sus beneficios al evitar intermediarios.
Ante la llegada del verano, habían planificado la introducción de una considerable cantidad de cocaína directamente desde Perú, para lo que contaban con un correo, el ibicenco J.D.D., que se desplazó hasta el país andino con el fin de adquirir la droga.