GUILLERMO ROMANÍ
Los ladrones del tabaco de Sant Jordi, con un botín que rondó el millón de euros, fueron detenidos el pasado domingo alrededor de las cuatro de la tarde, día y medio antes de que la noticia saliera en los periódicos locales. Y todo por un pequeño error, porque el camión en el que viajaba el tabaco, de la empresa Foreva, había dado un pequeño golpe a un turismo en Dènia el domingo entre la una y las dos del mediodía.
Xicu Ferrer, el ex corredor formenterense de varios Dakar, propietario de la empresa lo contaba: «Yo no tenía nada que decir, después del robo y de la detención en todo caso era la Guardia Civil la que debía informar, pero como no tengo nada que esconder, si me preguntan, contesto».
Ferrer indicó que el domingo alrededor de las dos del mediodía le llamó un particular desde Dènia «diciéndome que un camión mío le ha dado un golpe a su coche, a lo que le conteste -explicaba Xicu Ferrer-, que no tenía ningún camión en Dènia, pero cuando me lo describió y me dio la matrícula comprendí que era cierto por lo que llamé a la Guardia Civil para denunciar el robo y que el camión estaba en Dènia». Lo curioso es que a través de las conversaciones telefónicas entre el particular y Xicu Ferrer, aquél le informó de que el vehículo se dirigía hacia la autovía de Valencia y Ferrer le pidió que llamara al 092 diciendo que se trataba de un camión robado. Los efectivos policiales interceptaron al camión y a una furgoneta que les acompañaba a la altura de Cullera y en el interior de los vehículos encontraron el alijo de tabaco que se había robado la noche del sábado al domingo en el almacén de Logista en Sant Jordi.
Ferrer señaló que el conductor del camión había dejado el vehículo en la explanada de Eivissa alrededor de las dos y media de la tarde del sábado y «en el abanico que va hasta las 11 de la mañana del domingo, que es cuando sale el Federico García Lorca desde Eivissa hacia Dènia, lo habían robado y cargado con el tabaco robado en Sant Jordi». El propietario del camión señaló que «aparte de cuatro rascaditas, de la rotura del bloqueo del volante y los desperfectos ocasionados para poderlo poner en marcha, no había más daños en el vehículo».