Todo por gastar una broma al dueño y a los empleados de la Fonda Pepe. Iván P.J., el joven barcelonés de 36 años detenido por la muerte de un turista que fue arrollado el pasado sábado mientras desayunaba en la terraza de un bar de Sant Ferran, declaró esto para justificar por qué se subió y arrancó una furgoneta que estaba en carga y descarga y que instantes después se fue directo sobre el lugar en el que estaba la víctima, Àlvaro Abadía un publicista de Murcia de 37 años asiduo a los veranos de Formentera.
Iván P.J., quien a primera hora de la tarde ayer ingresó en la prisión de Eivissa sin derecho a fianza, aseguró a la juez sustituta del juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa que lo ocurrido fue un desafortunado accidente. «Fui a hacer una gracia», declaró tras definirse como un bromista impenitente. Según el testimonio del propio acusado, su intención fue simular el robo de la furgoneta para dar un susto a los responsables de la Fonda Pepe.
«Bloqueado»
Todo le salió mal. No pudo dominar el vehículo y éste se fue directo contra las mesas del bar que había enfrente. La víctima, que estaba acompañada de su mujer, no vio nada. Estaba de espaldas. Iván P.J., «bloqueado y asustado» y sin ir ni bebido ni drogado, según sus propias palabras, y viendo que había una persona malherida, huyó corriendo hasta que la Guardia Civil lo apresó en la mañana del lunes cuando, según él, ya iba a entregarse.
El juzgado, sin embargo, no ha descartado ninguna posibilidad. El fiscal pidió que en los próximos días declaren los numerosos testigos que presenciaron lo ocurrido a fin de determinar no sólo la distancia entre el vehículo y las mesas, así como si pudo haber alguna intencionalidad en lo ocurrido. Al respecto, Iván P.J. afirmó no conocer de nada al fallecido y dijo ser una persona que trabajaba por temporada en Formentera desde hace diez años «sin haber causado ningún problema».