El año pasado fallecieron diez personas por consumo de estupefacientes en Eivissa, la mayor parte de ellos en los meses de temporada turística y en relación directa con el ocio nocturno. Dos de estas diez personas murieron como consecuencia de una larga adicción a la heroína o derivados, ya que en las autopsias se encontraron restos de metadona. El más joven de los fallecidos tenía 20 años y el más mayor, 40. Casi todos, al menos siete, eran de nacionalidades extranjeras. Nueve eran hombres por tan sólo una mujer.
Conclusiones
En siete de estos casos las víctimas habían consumido cocaína; alcohol, en seis casos, y MDMA, el principio activo del éxtasis, en cuatro (ver gráfico). Curiosamente, en ninguna de las diez autopsias realizadas se encontraron rastros de cannabinoides, es decir, ninguno de los fallecidos había fumado ni hachís ni marihuana. Éstas son algunas de las conclusiones que se pueden extraer del estudio realizado por encargo de la Conselleria de Salut, en el contexto del Plan de Adicciones y Drogadicciones de Illes Balears (PADIB). Este estudio, que es la primera vez que se hace, se ha elaborado no sólo para conocer el número de muertes por drogas en la isla, sino también qué tipos de sustancias provocaron los fallecimientos.
En cuanto a las causas de las muertes, el edema pulmonar, agudo o no, lo fue en la mitad de los casos; la hemorragia pulmonar, en dos; uno falleció tras un shock hemorrágico, otro por shock cardiogénico y otro por un derrame pleural. El edema pulmonar también es una de las causas típicas de muerte de los adictos a los opiáceos, sobre todo a la heroína.
De entre estos diez casos llama la atención el de un joven británico que falleció tras consumir únicamente cuatro pastillas de éxtasis, según declararon sus amigos, algo que ha corroborado la autopsia.
El goteo de muertos el año pasado comenzó en mayo con la muerte de un exitoso empresario sudafricano, continuó con un polaco residente en Sant Josep y un italiano.
Ya en plena temporada murieron tres británicos y se continuó con la suma. El estudio también demuestra que no se registró ningún fallecimiento por GHB, una droga que llegó a la isla en 2006 y 2007 y a causa de la cual se pensó que podía haber fallecido un joven.