Un residente ecuatoriano de Vila ha sido condenado a nueve meses y un día de prisión, así como a no acercarse a su ex pareja a menos de 50 metros durante dos años después de que la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la juez Clara Ramírez de Arellano, haya considerado probado que éste la estampó contra una pared en el transcurso de una discusión.
El acusado aseguró en su juicio, sin embargo, que su compañera, una mujer de nacionalidad brasileña, sufría continuos ataques de ansiedad y que él se había limitado a acompañarla a la cama después de que sufriera «unos mareos». Justificó las heridas que ésta presentaba a «lesiones que debía hacerse en el trabajo».
La misma sentencia establece que la afectada tiene derecho a cobrar una indemnización de 150 euros por las heridas, principalmente moratones. La juez ha considerado acreditado que el acusado la agarró del brazo y empujarla fuertemente contra la pared tras entrar en la habitación que ambos compartían.
Testimonio
La acusada aseguró en la vista oral, como había hecho en su denuncia, que su compañero, en un ataque de rabia le atacó tras primero coger sus efectos y tirarlos violentamente a la basura. «Fue entonces cuando me dijo lo de vete a la puta calle, guarra». Durante los momentos más graves de la discusión, el sospechoso -según este mismo relato- sujetó a la perjudicada y la tiró también contra la cama.
El acusado, un vecino de la avenida de España que en todo momento defendió su inocencia, se sentó en el banquillo enfrentánsdose a una condena de un año de prisión.