Los cadáveres de dos vecinos de Cala Molí, padre e hijo, fueron descubierto ayer después de rastrear intensamente la costa entre Cala Vedella y Caló den Real, lugar donde ambos habían desaparecido tras ir a pescar.
El cuerpo sin vida de Antonio Tur Ribas, de 34 años, fue descubierto por la Salvamar Markab sobre las once de la mañana cuando su cuerpo, en medio de un fuerte oleaje, flotaba frente a las rocas donde con su padre, Antonio Tur Marí, de 77 años, habían ido a lanzar su llensa. El cadáver de éste último fue avistado en una cueva tres horas después por un helicóptero de Salvamento Marítimo lo localizara. Los equipos de rescate, sin embargo, tuvieron que suspender ayer tarde la recuperación del cuerpo ante la imposibilidad de acceder a él por el temporal que en las últimas horas está azotando la costa de Sant Josep.
La hipótesis más probable que barajaba la investigación fue de que padre e hijo, ambos vecinos de Cala Molí, perdieron la vida como consecuencia de un desafortunado accidente que sufrió el primero cuando ni si quiera habían arrojado al mar sus aparejos de pesca. Los indicios apuntan a que éste resbalo en las rocas, golpeándose la cabeza y cayendo al mar.
Su hijo, sin dudarlo, se desprendió de sus ropas y se arrojó a unas aguas frías y embravecidas de las que no pudo salir. El primer examen al cuerpo de Antonio Tur Ribas, a falta de que lo concrete la autopsia, señalaba a que la muerte le sobrevino bien por ahogamiento o, más probablemente, por hipotermia.
Ambas víctimas se dirigieron anteayer tarde, sobre las seis, al lugar donde ocurrió la tragedia, Hasta las nueve de la noche, tras el aviso de preocupación de la mujer de uno de ellos, no se activó, a través del 112, un operativo de búsqueda que se prolongó durante la madrugada.