Kate y Gerry McCann, los padres de la pequeña Madeleine, desaparecida hace casi tres años en el Algarve portugués durante unas vacaciones familiares, denunciaron este miércoles que las autoridades británicas han «abandonado» la búsqueda de su hija y pidieron al Gobierno que se revise el caso.
En una entrevista concedida a la cadena GMTV, Gerry subrayó que es «increíblemente frustrante» que la Policía portuguesa y la británica no hayan estado buscando de forma activa a Madeleine «desde hace mucho tiempo». El matrimonio, que había salido a cenar con unos amigos en Praia da Luz, donde estaban de vacaciones cuando se produjo la desaparición, sigue creyendo que su hija, que entonces tenía tres años, está viva.
«No es lo correcto que una ciudadana británica inocente y vulnerable sea abandonada y no creo que sea correcto que, como padres, nosotros tengamos que encabezar la búsqueda», denunció Gerry McCann. «Por supuesto lo haremos, pero no todo el mundo tiene los mismos recursos y apoyo que nosotros hemos tenido para poder hacerlo», añadió.
Desde que se produjo la desaparición, el matrimonio ha contratado a varios investigadores privados para buscar a su hija. En cuanto a las críticas que recibieron por haber dejado a sus tres hijos solos en el apartamento mientras ellos salían a cenar, Gerry aseguró que «si pudiéramos volver atrás el reloj y cambiar lo que ocurrió, obviamente lo habríamos hecho», pero «no podemos».
Por su parte, Kate McCann dijo que su «corazón siente que (la niña) está ahí fuera» y relató que para ella es más duro el cumpleaños de Madeleine, el 12 de mayo, que el aniversario de su desaparición el 3 de ese mismo mes. «El 3 de mayo es simplemente otro día más sin Madeleine, pero el 12 es obviamente un día en el que deberíamos estar celebrando con Madeleine», afirmó.
Así las cosas, aseguró que abandonará hasta que su hija aparezca. «Puede que sea cuestión de tiempo. Podría haber un grupo de personas ahí fuera sentadas con esto en su conciencia», señaló, subrayando que «cada vez que se menciona a Madeleine o cada vez que hay una imagen, una vez más, les remuerde la conciencia». «Su situación podría cambiar y podrían decidirse a dar la cara», confió.