Hubo que suspender el juicio porque faltó una forense citada por la defensa con el objeto de que certificara la procedencia de las lesiones del acusado, pero los principales testimonios se llegaron a escuchar. J.S.C., acusado de atentado contra agentes del Cuerpo Nacional de Policía, se enfrenta a una petición de pena de un año de prisión por parte del ministerio público.
Por un lado, cuatro agentes aseguraron que en la madrugada del día 21 una llamada les llevó hasta un restaurante en obras de Vila donde se encontraron en un primer momento a dos hombres que, según ellos, se habían peleado.
Después encontraron una mujer desnuda de cintura para abajo. Según los policías, el acusado cogió una barra de hierro y les amenazó. Dicen que le quitaron la barra de un porrazo y que dos de ellos sufrieron una patada en la mano y que no le agredieron más de lo necesario para su detención.
Por otro lado, el testimonio de los dos hombres y la mujer. Tras una cena en grupo los tres fueron al local, propiedad del acusado, para ver las obras y tomar unos 'chupitos'.
La mujer, bebida, comenzó a bailar, se le cayó el pantalón y se lo quitó. Su novio se enfadó con ella por este motivo y el acusado medió para calmarlo. No se pelearon. Un policía dio un bofetón a la mujer porque no quería vestirse, lo que soliviantó al acusado, que les recriminó la acción con palabras. Les dijo que cómo se atrevían a pegar a una mujer que apenas pesa 50 kilos y que por ello eran unos sinvergüenzas.
Ante esto, los agentes, todos, le habrían golpeado repetidamente con las porras sin que hubiera barra de hierro de por medio. La juez deberá elegir a quién cree cuando escuche a la forense.
«La policía no golpea»
El acusado, su amigo y la mujer, pareja del anterior, aseguran que no se pelearon, que las lesiones que presentaba J.S.C. son únicamente fruto de los porrazos de los agentes de policía. De hecho, la pareja de la mujer presentó partes médicos que certifican un ataque de ciática que imp osibilita toda acción violenta. El supuesto agresor de la mujer, que por ahora no ha sido denunciado, fue preguntado por la defensa, al igual que el resto de los agentes, sobre el supuesto bofetón. El agente pareció indignado con la pregunta y respondió en voz muy alta: «la policía no golpea», lo que le valió una reprimenda de la juez.