El Ibanat está a punto de terminar el proyecto de restauración forestal en las 34 hectáreas que el fuego arrasó en Punta Xarraca el 1 de agosto del año pasado. «Ahora estamos pendientes de cómo responde el terreno para saber si se produce una repoblación natural o si, por el contrario, hay que hacerlo de forma artificial», explicó Joan Ramon, del Ibanat. En cualquier caso, los trabajos no comenzarían hasta pasada la temporada, ya en otoño, puesto que el calor hace inviable la tarea por el estrés hídrico que padecen las plantas. La repoblación forestal artificial se ha de realizar forzosamente entre los meses de octubre y enero.
A lo largo de estos meses, los técnicos del Ibanat han desbrozado la zona, de forma que han eliminado el matorral y talado los árboles afectados por el fuego, principalmente pino y sabina, sobre todo en la zona del perímetro del incendio, por temor a una posible plaga del tomicus, un insecto que aprovecha para reproducirse en la madera muerta.
Con los troncos de los árboles talados se han hecho actuaciones dependiendo de la pendiente. Con los troncos, trabados con cuñas clavadas en el suelo, se han creado terrazas en las zonas de mayor pendiente que actúan a modo de cordones de contención del piso, tal y como se aprecia en las fotografías, con el objeto de evitar en lo posible la pérdida del sustrato del suelo y favorecer la repoblación natural, siempre preferible a una actuación artificial. En zonas de menor pendiente, los técnicos han empleado ramas en lugar de troncos.
Ahora todo queda pendiente de la evolución del suelo en los próximos meses para tomar una decisión acerca de una posible repoblación artificial.
El incendio forestal más grave de Balears en 2009
El gran incendio forestal de Punta Xarraca fue el más grave de Balears en 2009. Comenzó a las ocho de la tarde del 1 de agosto y se declaró extinguido a la misma hora del día 7. Las llamas arrasaron 34 hectáreas de pino, sabina y monte bajo. Más de 130 personas, entre profesionales y voluntarios de protección civil, trabajaron en la extinción, un trabajo que el primer día fue especialmente complicado por el viento y, a lo largo de toda la semana, por las temperaturas altas del verano. Desde tierra, los bomberos del Consell d'Eivissa y técnicos del Ibanat atacaron las llamas con autobombas, mientras los medios aéreos llegaron a descargar 760 toneladas de agua.