La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, ha retirado el permiso el de conducir a tres personas a las que ha condenado por sendos delitos contra la seguridad vial. Los tres conducían bajo los efectos del alcohol y, además, uno de ellos, lo hacía sin el seguro obligatorio. En otro de los casos el conductor golpeó a un peatón en un paso de cebra.
Todos ellos arrojaron en las pruebas de la alcoholemia resultados superiores a 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
El primer caso deriva de un accidente ocurrido el 16 de diciembre de 2006. El ibicenco J.R.B., en la actualidad de 42 años, circulaba con un turismo por la avenida Ignasi Wallis de Vila cuando golpeó a una mujer que estaba cruzando un paso de cebra que sufrió heridas leves. Cuando fue sometido a la prueba del alcohol, dio 1,04, más del triple de lo permitido. La juez le ha retirado el carné por un periodo de un año y medio y le ha impuesto una multa de 1.620 euros.
El segundo caso es el del granadino F.S.L., hoy con 43 años, que el 20 de diciembre de 2008 conducía un turismo y chocó contra un coche estacionado en Puig den Valls. Dio 'positivo' en la prueba del alcohol y, además, carecía del seguro obligatorio.
La juez le ha retirado el carné durante quince meses, le ha sancionado con una multa de 1.050 euros y le ha impuesto 31 días de trabajo en beneficio de la comunidad.
El último caso es el de la alemana I.E.M. La juez le ha quitado el carné durante un año y medio, le ha impuesto una multa de 1.620 euros y 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Provocó un accidente de tráfico y dio 'positivo' en alcohol.
Sanción administrativa a partir de 0,30 y delito desde 0,60
El límite de alcohol permitido para conducir en España es de 0,30 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Hasta 0,60 se castiga con una sanción administrativa, que normalmante se salda con una multa. A partir de los 0,60 miligramos se considera delito y puede pagarse hasta con cárcel. Negarse a realizar la prueba equivale, en la mayor parte de los casos, a admitir que, efectivamente, se está conduciendo bajo la influencia del alcohol.