Desde el fatídico año 2005, cuando 31 personas murieron en las carreteras de las Pitiüses, las estadísticas han ido mejorando hasta quedar claro que ahora el problema se centra en las motos y en Formentera. De los diez muertos este año en las carreteras de las Pitiüses, cuatro fueron en Formentera y cuatro, en moto. Es decir, Eivissa, unos 130.000 habitantes, seis muertos; Formentera, unos 9.000 mil, cuatro muertos.
Elucubrar acerca de las razones que han motivado el descenso de las muertes en carretera en las Pitiüses (31 en 2005, 26 en 2006, 12 en 2007, 13 en 2008, 8 en 2009, 10 en 2010, según las estadísticas de este diario) conduce a pensar en la construcción de las autovías en Eivissa y al endurecimiento del Código Penal; y hacerlo sobre las causas que han motivado el aumento del número de fallecimientos en Formentera lleva a pensar en el aumento de población, sobre todo en verano, y al cada vez mayor número de motoristas en los meses de verano.
Hay que añadir que en Formentera este año no hubo ninguna patrulla de la Guardia Civil de Tráfico hasta que el president de la isla, Jaume Ferrer, se lo pidió muy seriamente al delegado del Gobierno, Ramon Socias.
También hay que añadir que, al no haber Guardia Civil de Tráfico, este cuerpo nunca realiza controles de alcoholemia en la isla. De hecho, todas las semanas la Comandancia del Instituto Armado en Balears informa sobre los controles de este tipo en las islas y nunca se incluye en Formentera.
Por tanto, los controles de alcoholemia que puedan llegar a realizarse en la isla corren a cargo exclusivamente de la Policía Local.