El Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) de Eivissa suma y sigue. Una de las cabecillas de la red sudamericana que copaba la distribución de cocaína en Formentera ingresó ayer en prisión sin derecho a fianza después de que, sabiéndose sin escapatoria, decidiera entregarse en un juzgado de Valencia. La sospechosa, una mujer colombiana, prestó declaración durante la mañana de ayer en el Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, donde la juez Carmen Robles dirige la investigación de la denominada 'operación Tristón', y seguidamente fue llevada al puesto de Sant Antoni para cumplimentar distintas diligencias policiales pendientes. Una vez realizado éste trámite, los agentes del EDOA llevaron a la sospechosa a la cárcel de Eivissa.
La acusada, de nombre Jackeline, era una de las cinco personas que estaban en busca y captura desde que los agentes antidroga 'tomaron' Formentera a final de noviembre para acabar con un 'negocio' que operaba desde hace cuatro años en la Isla y que se acabó después de que la Guardia Civil apresara a 25 implicados (entre ellos la pareja del entonces vicepresidente del Consell de la Isla) y se incautara de un kilo de cocaína, 13.000 euros y 40.000 en bienes inmuebles de un grupo que, según la investigación, llegaba a valerse de menores para llevar la droga hasta los consumidores.
La última detenida tenía lazos de parentesco con al menos dos de los sospechosos que estaban presos y supuestamente dirigía gran parte de los movimientos y operaciones de la red.
Dice que no sabe nada de la red
Fuera el 'acoso' o la presión que había contra ella, la última detenida en la 'operación Tristón' terminó entregándose. En el juzgado dijo no saber nada de los hechos que se le imputaban. Se declaró inocente y mostró su sorpresa por la existencia de la red a la que se le atribuía parte de su dirección.