Los técnicos que han trabajado en la extinción del incendio que se declaró en la sierra de Morna revelaron ayer que se encontraron con «cientos de viviendas» donde existían claros riesgos de propagación para el fuego. «Lejos de que el peligro disminuyera, lo cierto es que éste era mayor».
Las brigadas forestales y los bomberos del Parque Insular (unas 30 personas), apoyados por los helicópteros, continuarán al menos diez días asegurando el perímetro. Se calcula que serán necesarias dos semanas más para poder considerar el incendio como extinguido.
Así lo explicó Luis Berbiela, uno de los especialistas de la conselleria de Medi Ambient, que hizo especial hincapié en la necesidad de sensibilizar a la población en lo que se calificó «cultura del riesgo».
Berbiela señaló que los efectivos que se enfrentaron a las llamas se vieron sorprendidos por los riesgos que se detectaron en las zonas donde había casas. Al respecto, el técnico enumeró la «habitual» presencia de cables y tendidos, depósitos de leña y combustibles, ramas y vegetación sobre y colindante a los inmuebles, grupos electrógenos pegados a las casas y la ausencia de perímetros de seguridad.
'Limpieza'
Junto a esta conclusión, los responsables de Medi Ambient, entre ellos el conseller Gabriel Vicencs, apelaron ayer a la necesidad de aprender a «gestionar el bosque», negando que éste no estuviera limpio pero sí «abandonado» al haber caído en desuso actividades que iban parejas a la agricultura tradicional.
Eivissa cuenta con su propio plan insular de defensa del territorio, un plan que, según se explicó, ha conllevado ya que se hayan cubierto 200 hectáreas con cortafuegos. «Éstas nos dan una oportunidad para atacar el fuego, pero cuando es tan severo como el de Morna nos topamos con situaciones imprevisibles», indicó Berbiela.
El conseller Vicens, sin embargo, no aclaró la polémica que existe por quién debe ordenar y acometer la 'limpieza' en las zonas que se han visto cubiertas por el brezo y la jara, así como por otras especies mediterráneas que se han adueñado de lugares que con la agricultura quedaban limpias de maleza. Pese a todo , sí coincidió con los técnicos en que hay que buscar fórmulas para ello junto con emprender campañas de sensibilización que acaben con imprudencias, como encender fogatas o velas o llevar a cabo quemas de rastrojos con claro peligro para el bosque.
Al respecto, el máximo responsable del Govern en esta materia recordó que todavía quedaba todo el verano por delante y salió al paso de las críticas que hablaban de falta de medios en Eivissa para hacer frente a un fuego de grandes dimensiones como los habidos en los dos últimos años en Benirràs y Morna. «Nunca es suficiente. Pero este año se ha invertido un millón de euros en material y la respuesta fue buena porque en media hora ya había medios sobre el terreno», argumentó.