El celo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se hallaban de vacaciones en Eivissa permitió acabar con la carrera en la Isla de un especialista en hurtos. Los agentes se hallaban en un restaurante de la zona de es Pratet cuando vieron cómo un individuo se acercó a otros clientes y les sustrajo una cartera que uno de ellos llevaba en su americana. La prenda había sido dejada, con demasiada confianza, en el respaldo de una silla.
Los policías, a través del 091, dieron aviso a sus compañeros de que perseguían al ladrón. Una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana lo apresó en la esquina de las calles Aragón y Madrid. Una vez en Comisaría, se comprobó que el acusado, un argelino de 40 años identificado como K.S. y que usaba seis identidades diferentes, tenía otros tantos antecedentes por hurto. K.S. tenía pendiente una orden de expulsión y cuatro requisitorias en Valencia.