«El cuchillo estaba volando, los dos estábamos de pie y todo estaba lleno de sangre». Alvaar Pass, el estonio juzgado ayer en Palma por degollar a un hombre al que había conocido en el vuelo que le llevó de Londres a Eivissa en 2008, aseguró ayer ante el jurado que actuó en defensa propia.
El acusado indicó que desde que llegaron a la Isla él y la víctima, se pusieron de acuerdo para compartir alojamiento en Sant Antoni de Portmay. Después de beber unas quince cervezas cada uno, por la noche comenzaron una discusión. Según Pass, el motivo fue trivial: él no quería ir a una fiesta y la víctima insistía. La discusión terminó en pelea. Según el acusado, su compañero le dio un puñetazo en la cara y ahí se enzarzaron. «Me agarró por la espalda del cuello y me intentó estrangular con las dos manos. Caímos encima de la cama. Cogí un cuchillo y a partir de ahí no recuerdo nada», indicó la víctima. Según dijo la siguiente escena que recuerda es la de ver volar el cuchillo y todo lleno de sangre. Tanto la fiscal como la abogada de la acusación, Ascensión Joniquet, recordaron al acusado que en instrucción sí se acordó de lo que hizo, o al menos dio una versión: lanzó varias cuchilladas hacia atrás y, por error, en una de ellas alcanzó a la víctima en el cuello.
La versión de las acusaciones es diferente. Tanto la Fiscalía como la acusación particular sostienen que el acusado atacó sin motivo al fallecido. Cuando terminó la pelea, Alvaar Pass metió el cuerpo de la víctima debajo de la cama, se duchó y limpió la habitación. Ayer en el juicio reconoció que como su mochila estaba llena de sangre cogió la de la víctima. Durante cinco días deambuló por unos acantilados y, después de este tiempo se entregó a la Guardia Civil.
La Fiscalía solicita una condena de doce años de cárcel por un delito de homicidio; la acusación particular pide 20 por asesinato y la representación del acusado la absolución porque entiende que actuó en defensa propia.
Sufre esquizofrenia, según la defensa
El defensor, Juan María Ormazábal, plantea varias aternativas. Además de la defensa propia, sostiene que los hechos pudieron ser un homicidio imprudente o que al acusado se le deben aplicar dos atenuantes, uno por supuesta esquizofrenia y otro por entregarse y arrepentirse.