El taxista de Eivissa que fue detenido en la noche de anteayer después de que una turista a la que llevaba asegurara haber sido víctima de abusos sexuales quedó en libertad en un caso en el que el juez resolvió luego el archivo provisional de la causa.
La puesta en libertad del taxista, J.R.R., quien precisamente cumplía 42 años el día en que ocurrió todo, tuvo lugar después de que la joven pidiera expresamente retirar la denuncia y señalara que quería olvidarse de todo y disfrutar de los días que le quedaban de vacaciones.
Su declaración, pese a insistir en que había sido manoseada dentro del coche, incurrió en múltiples contradicciones, según se evidenció en el juzgado. La turista, al respecto, indicó que dichos tocamientos tuvieron lugar cuando ella estaba en la parte trasera del taxi y el acusado, mientras conducía, realizó la imposible maniobra de estirar completamente su brazo hacia atrás.
Inocencia
A ello se unió que tampoco se pudo aclarar cómo se produjo la confusión de trayecto que le llevó hasta Cas Mut, lugar en cuyos miradores la denunciante dijo haberse logrado zafar de su supuesto agresor y haber escapado de taxi, momento en el que fue auxiliada por otras dos personas que había allí. J.R.R., por su parte, negó en todo momento haber abusado de la joven.
La familia de J.R.R. estudia ahora emprender acciones legales contra todos los que vertieron lo que consideran una falsa acusación, así como por el trato recibido en Comisaría, que calificaron de vejatorio.
Me sorprende e indigna con que facilidad se aplica en este país la presunción de culpabilidad que no de inocencia aún antes de haber pasado por un juzgado. También es sumamente indignante con que facilidad se le puede arruinar la vida a un hombre, en este caso un taxista y como una "señorita" que realiza una denuncia y que comete abundantes y flagantes contradicciones ante el juez, una vez probada la inocencia del taxista, se vaya de rositas sin ninguna responsabilidad legal ante las falsas acusaciones. Eso sí, ella a pasar tranquilita sus vacaciones y el taxista y su familia, a pesar de su inocencia demostrada ante una juez, a aguantar el ninguneo y la criminalización social porque ¿quién responde por los graves daños morales que se le han ocasionado a él y su familia?. Espero, que como mínimo todos los que vertieron acusaciones y calumnias hasta ayer, en el día de hoy, pidan disculpas. Qué fácil es señalar, atentar y criminalizar sin pruebas contra el honor y dignidad de una persona y su familia. Y me reitero: uno es inocente hasta que se demuestre ante un juez lo contrario.