Las molestias ocasionadas por los palomos, pollos y perros que tenía en la azotea lo delataron. Un vecino de la calle Asturias de ses Figueretes tuvo que sentare ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa acusado de un presunto delito contra la salud pública después de que la Policía Local, al recibir las quejas vecinales por los ruidos que ocasionaban sus animales, descubriera en el tejado de dicho inmueble una plantación de marihuana. La Policía Nacional, tras intervenir con una orden judicial el 18 de junio de 2009, se incautó de siete plantas, ubicadas bajo un toldo de color verde, y de un tarro con hoja picada.
El acusado, un albañil de profesión para el que el fiscal pidió una condena de un año y medio de cárcel al considerar que dicha persona supuestamente traficaba con la marihuana, afirmó que la droga estaba destinada exclusivamente a fumársela él y sus familiares. Éste señaló que era consumidor de marihuana desde los 16 años y que las reuniones en su casa para fumar esta droga era habituales cuando iban a verlo tres o cuatro personas pertenecientes a su familia más directa. «Algunas veces íbamos a ver algún documentar sobre palomos, de los que somos aficionados, y aprovechamos la ocasión», dijo un testigo.
«Mi detención ha sido una vergüenza muy grande para la familia», señaló el acusado en su último turno de palabra después de reiterar su inocencia.